Ligada profundamente a su comunidad, la cooperativa Creativo construye diariamente juegos y materiales didácticos que están formando a miles de niños mexicanos. Con miembros que además son vecinos, este equipo creativo, lo mismo patrocina al club de futbol que al jardín de niños de la colonia.
Pablo Correa
Ciudad de México // 31 de mayo de 2012
Hablar de la historia de Creativo, es hablar de la historia de Don Abraham, quien siempre ha estado ligado al activismo social, pero sobre todo al cooperativismo. En los años 70 formó parte de la cooperativa TUYO (Trabajadores Unidos Y Organizados), y poco después junto con otros vecinos se integraron a la cooperativa de vivienda Uscovi que en Santa Ursula Xitla adquirió 55 lotes. Aunque en esa zona la cooperativa de vivienda no prosperó y tuvo su fin a finales de los ochenta, Don Abraham siguió por el camino del activismo.
Allá por el año 2000 ante dificultades económicas relegó la lucha política a cambio de su oficio. Entonces su hijo le preguntó ¿A poco eres carpintero? Fue en ese mismo año, que Don Abrahm junto con su hijo y otros vecinos, fundaron la cooperativa Creativo material didáctico.
Realizando muebles y juguetes de madera, poco a poco su trabajo se fue orientando a los materiales y juegos didácticos para niños. Al día de hoy su catálogo rebasa los 150 productos, ya sea por invención propia o por sugerencia de profesores u otro tipo de clientes, su larga lista continúa ampliándose.
Damas chinas
Los integrantes de la cooperativa van desde los 19 a los 65 años. Angélica de 21 años es la encargada del almacén, revisa las entradas y salidas de los productos. Su artículo favorito son las damas chinas, aunque ella es una integrante meritoria, la cooperativa le permite seguir estudiando la ingeniería en biotecnología. Cuando habla del material didáctico de creativo se sonríe: “se siente bien, tú lo hiciste, es un orgullo ver cómo les gusta a la gente”.
Como una familia
Francisco, integrante y uno de los fundadores de la cooperativo, nunca había trabajado en el esquema cooperativo. Él estaba acostumbrado a trabajar sus ocho horas diarias, fue algo nuevo cuando comenzó con Creativo, pues antes estaba acostumbrado a trabajar con otro tipo de personas. “Esto ya lo sientes tuyo, ya no trabajas para una persona. Si nos va bien, nos va bien a todos, si nos va mal, nos va mal a todos”, expresa con seguridad.
El taller de Creativo está en medio del núcleo vecinal, todos están próximos al lugar de trabajo. Y aunque hay flexibilidad en los horarios, todos pasan a checar tarjeta. Marco Antonio, quien es pintor, explica que en este centro de trabajo “hay un respecto en comparación con otros lugares”. “Aquí somos como una familia”.
Un gran equipo
En Creativo cuando la cosa va mal, la administración hace ajustes, sin embargo, a más de diez años nunca se han dejado de pagar, y no faltan vacaciones y aguinaldos. “Si hay vacas gordas se tiene que guardar una parte para la inversión.
La principal competencia es casi la misma que para cualquier fabricante mexicano: los productos chinos que inundan el mercado, porque incluso sus competidores nacionales, han decidido “ir a China y comprar contenedores de este material, ahora les están dando el trabajo a los chinos”.
Los principales clientes de la cooperativa Creativo están en provincia, y surten a varias tiendas en la Ciudad de México. Y aunque saben lo difícil que es la competencia china saben que son diferentes, “lo que logremos ganar, no es para nadie en especial, si no es para todos”.
“La competencia es buena pero nosotros somos mejores, por ser cooperativa”. No por nada se llaman Creativo.