Renueva debate sobre la prohibición del químico.
Luego de 25 años de haberse publicado, la revista Regulatory Toxicology and Pharmacology anunció que el artículo “científico” que concluía que el herbicida glifosato era seguro, fue retirado de sus archivos debido a conflictos de intereses de los autores.
El artículo fue usado durante muchos años como guía para la toma de decisiones gubernamentales y políticas, ahora ha sido retractado por “varios problemas críticos que se considera que socavan la integridad académica”, de acuerdo a una nota de Le Monde en español. Dicha retractación renueva el debate sobre la prohibición del glifosato.
Ante ello, Fernando Bejarano, coordinador de la La Red de Acción sobre Plaguicidas y Alternativas en México (RAPAM), afirmó que dicha retractación “confirma la influencia que tienen las grandes corporaciones” como Bayer-Monsanto sobre las revistas “donde los científicos no declaran adecuadamente el conflicto de interés y las revistas no hacen una investigación adecuada para así reconocerlo”.
Bejarano añadió que las autoridades regulatorias de cualquier país deben soportar sus regulaciones en personas expertas sin conflictos de interés, y en el caso particular de México, ni la Comisión Federal para la Protección de Riesgos Sanitarios (Cofepris) ni la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) tienen canales claros de consulta de expertos sin conflictos de interés con la industria, expresó.
RAPAM ha planteado transformaciones en la política de Estado, de tal manera que se permita la transformación agroecológica en los sistemas alimentarios de pequeña, mediana y gran escala, y al mismo tiempo se impulse la reducción de uso y prohibición progresiva de plaguicidas.
La red ha detectado que quedan 200 plaguicidas altamente peligrosos que aún son permitidos usar en nuestro país. En México se ha documentado la presencia de residuos de agrotóxicos en el agua, así como en la orina de niños y adolescentes.
Impactos legales
Para el experto en sistemas agroecológicos y la peligrosidad de los plaguicidas, la retractación del artículo científico tendrá un mayor impacto en los juicios que existen contra Monsanto, sobre todo en EE.UU., pues las publicaciones científicas se invocaban como muestra de inocuidad del producto.
Ante el escenario de la renegociación del T-MEC, Bejarano señaló que la retractación no modifica el escenario pero es importante establecer mecanismos claros que reafirmen la soberanía alimentaria y la decisión de tener medidas protectoras de la salud y el ambiente sin pedir permiso a EE.UU., así como colocar criterios de exclusión del mercado con base en la peligrosidad de las sustancias, sin pretender análisis de riesgo caso por caso, como quiere la industria.
Retomar prohibición
Por otro lado, representantes de organizaciones como Grupo ETC y el Centro de Estudios para el Cambio en el Campo Mexicano señalaron que en el actual contexto de la retractación de la investigación, México debe retomar el debate en busca de la prohibición del glifosato.
A pesar de la existencia de miles de artículos científicos sobre los daños del glifosato en los sistemas renal, hepático, nervioso y reproductivo, en 2005 México promovió el desarrollo de semillas genéticamente modificadas a partir de la Ley de Bioseguridad de Organismos Genéticamente Modificados, conocida como la “Ley Monsanto”.
En el sexenio pasado el gobierno federal buscó prohibir gradualmente el uso del glifosato a través de dos decretos presidenciales; sin embargo, debido a las presiones de la agroindustria y al argumento de la falta de remplazos probados, no se cumplió el objetivo.
El 31 de diciembre de 2020, en el Diario Oficial de la Federación, se publicó el primer acuerdo que establecía que el glifosato y otros plaguicidas deberían ser sustituidos de forma progresiva hasta su eliminación total en enero de 2024. El segundo decreto se emitió en 2023. Sustituyó al anterior y aplazó la prohibición al 31 de marzo de 2024. Además, prohibió la importación de maíz transgénico para consumo humano.
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