Desarrollan encadenamiento productivo para abastecer de ropa al GDF
Redacción La Coperacha
Ciudad de México // 15 de enero de 2014
Ante la desaparición de algunas políticas públicas que favorecían la producción cooperativa textil en la Ciudad de México, un grupo de 20 cooperativas del ramo se organizaron para formar cadenas productivas y surtir de prendas a varias dependencias públicas.
A partir de este trabajo conjunto, las cooperativas han confeccionado chalecos, chamarras, playeras, gorras y otras prendas a más de cinco dependencias gubernamentales como las Secretaría de Desarrollo Social, el DIF-DF, el Instituto del Deporte, entre otras.
Luis Fernando Baños, promotor de la organización Tierra Firme, donde se construye la cadena productiva, tiene una experiencia de 14 años en el trabajo textil y pone de ejemplo a la cooperativa Grupo Cooperativo Tlalpan para demostrar los beneficios concretos del trabajo en conjunto.
Primeros pasos
El Grupo Cooperativo Tlalpan se forma principalmente con mujeres cabezas de familia como la señora Margarita, doña Enedina López o doña Claudia Santos, vecinas de colonias populares como Chichicaspa, Santa Teresa y Padierna.
Grupo Cooperativo Tlalpan se constituyó en 2009 con ayuda del DIF-DF, de quien ha recibido capacitaciones en contabilidad, diseño, así como las máquinas de coser que la cooperativa usa en comodato y que cada año refrendan.
En aquel 2009 la epidemia de influenza AH1N1 pegó en nuestro país y la necesidad sanitaria ayudó a que la cooperativa se convirtiera por primera vez en proveedores del GDF al producir los tapabocas para el DIF local.
Con dinero y sin dinero
Desde entonces el Grupo Cooperativo Tlalpan ha trabajado en varios programas como el de Producción de Uniformes Escolares en Tlalpan y el de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedeso) del DF, sin embargo este último desapareció.
Para las cooperativas textiles el golpe económico más fuerte fue la decisión de la Sedeso de no repartir más uniformes escolares sino otorgar recursos directamente a los capitalinos vía tarjetas electrónicas.
“Los padres de familia lo que quieren es el recurso. Entonces cuando se implementó la tarjetita de vales electrónicos ellos prefirieron gastarse el dinero en las tiendas de autoservicio”, explica Baños. “Nos perjudicó porque era el ingreso más alto que tenían las cooperativas”, agrega.
Sedeso contemplaba la adquisición de 2 millones 400 mil uniformes que se repartían en las escuelas públicas y todas las cooperativas textiles de la ciudad participaban en la producción, desde las grandes integradoras formadas en Que Buena Puntada de la STyFE, hasta las pequeñas, recuerda Baños.
Cadena de producción
Para hacerle frente a este gran hueco, junto con otras 20 cooperativas textiles implementaron el modelo de cadenas productivas a partir de la organización Tierra Firme, donde los diferentes grupos participan en la medida de sus posibilidades.
Por ejemplo si una cooperativa gestiona un proyecto para ser proveedor de alguna dependencia pública o empresa pero sabe que no se dará abasto para cubrir toda la producción, presenta la propuesta productiva a Tierra Firme, ahí las cooperativas deciden si participan con la adquisición de materia prima, los cortes, la maquila o alguna otra etapa de la producción, explica Baños.
Las cooperativas encadenadas son Take Fortiture (de Azcapotzalco); Grupo Progresista Tlalolc y Palomas Blancas (de Iztacalco); Mujeres Calentanas y Jeisidy (de Coyoacán); Grupo Cooperativo Tlalpan, Textiles Yolo, Unión Magalba, Sedas Tlalpan, Unión Cedro, Cinco de Mayo y Meritzi Diseño (de Tlalpan); así como Costura San Francisco y Mujeres Totoltepec (de Xochimilco), entre otras.
Las cadenas productivas cooperativas a través de Tierra Firme les ha brindado la oportunidad de tener trabajo más meses del año, así como unificar la calidad de producción de todas las cooperativas. Han generado un “recetario de calidad” donde se explica paso por paso cómo desarrollar cada prenda y la calidad de las prendas es supervisada por una comisión.
Además han trabajado con varias dependencias como el Instituto para la Prevención de Adicciones con el que produjeron 7 mil 500 playeras; con el Instituto de Asistencia Social (IASIS) realizaron 900 conjuntos médicos; con Participación Ciudadana del DF hicieron 2 mil 500 gorras y con la Secretaría de Desarrollo Social elaboraron 2 mil 500 chalecos y mismo número de chamarras.
Producción independiente
Ya que se han probado asimismo que pueden producir cooperativamente y de calidad, el siguiente paso es la producción independiente. Para ello fue importante, así lo consideran, el convenio con Canaive (Cámara Nacional de la Industria del Vestido) que firmaron en diciembre de 2013. Firma que les acercará nuevas capacitaciones para elevar la calidad de su trabajo y los colocará en las vitrinas de las expo-ventas más comerciales del país, como las Expo-Outlet del Palacio de los Deportes.
Se le pregunta a Luis Baños si al hacer una evaluación de sus procesos ellos prefieren, maquilar, producir y vender para dependencias o estar independientes. Independientes, afirma sin chistar, aunque es otro mercado el que apenas estamos por caminar, puntualiza.