México no necesita importar 10 millones de toneladas de maíz para producir sus tortillas
Redacción La Coperacha
Ciudad de México // 05 de febrero de 2018
“A qué costo está llegando la tortilla a nuestras manos, cuántas personas intervienen y que es lo que obtenemos por ella”, con estas preguntas Francia Gutiérrez, la jija del maíz, busca que consumidoras y consumidores analicemos la calidad de la tortilla que ingerimos.
Si el producto se compra en algún supermercado, Francia advierte que muy probablemente esté elaborada con maíces de Estados Unidos, con presencia de transgénicos y con glifosato.
Además este producto debe recorrer miles de kilómetros para llegar a la mesa del consumidor mexicano, distancia que se traduce en un mayor consumo de combustible. Si se considera que al pasar la frontera de Estados Unidos existe un alza en el precio del gas y las gasolinas, esto aumenta el precio final del maíz, “lo curioso, explica Francia, es que no se ve beneficiado el producto con un mejor maíz o con una mejor calidad de presentación de la tortilla”.
La jija del maíz cuestiona el por qué tenemos que importar cerca de diez millones de toneladas para hacer nuestras tortillas, cuando vivimos en el centro de origen del maíz, donde existen cincuenta y nueve razas nativas y miles de variedades que las comunidades protegen.
Por esta razón considera importante fomentar el modelo de producción de maíz en milpa, donde este se convierte en parte del tejido comunitario y alimenta a las familias campesinas, señala Francia.
“Además esta tortilla artesanal convive con la tradición de la nixtamalización”, este proceso que potencializa las características nutrimentales del maíz, explica.
Otro aspecto importante es la distribución realizada de manera local, “estas son las tortillas que tendríamos que buscar con maíces nativos, con un proceso de nixtamalización, con una cercanía de las comunidades, que hace que sean menos kilómetros de gasolina invertidos, necesitamos nutrición con menos combustión”, finaliza Francia.