Caravana de Madres Centroamericanas se reúnen en Brigada Callejera.
Redacción la Coperacha
Ciudad de México // 25 de noviembre de 2016
Cooperativas de trabajadoras y trabajadores sexuales ayudarán a buscar a personas migrantes desaparecidas en nuestro país en apoyo a la Caravana de Madres Centroamericanas que recorren albergues, cárceles, comedores y diferentes puntos de la ruta migrante en busca de sus familiares.
En un encuentro ocurrido ayer en la Brigada Callejera, las trabajadoras sexuales dijeron a las mamás que no se cansaran de buscar a sus hijas y a sus hijos y que mantuvieran la esperanza. Algunas comentaron sus propios casos, cuando ellas fueron robadas, traídas a la Merced a trabajar en el sexo y cómo hubo madres que no dejaron de buscarlas.
La petición de las madres centroamericanas fue de ayuda, “que busquen a las personas que están desaparecidas pues pudieran estar en el trabajo sexual o bien en situación de trata”, pidió Martha Sánchez Soler, representante del Movimiento Migrante Mesoamericano, que desde hace 12 años ha logrado reunir a 200 familias.
Las trabajadoras sexuales buscarán en zonas de la ciudad donde tienen identificada presencia de centroamericanas, entre ellas Iztapalapa y la delegación Gustavo A. Madero. “Nosotras también tenemos hijos y no nos gustaría que pasáramos por lo mismo que ellas”, afirmó la Chabela, trabajadora sexual de la cooperativa Mujeres Libres Guadalupe Lazo Martínez, añadió que buscarán en las colonias donde viven y entre las compañeras.
“A lo mejor hay chicas que no fueron traídas a la fuerza pero que perdieron contacto, otras que a lo mejor sí fueron obligadas aunque ya no están forzadas y pueden recurrir a su familia, y otras que seguramente están cautivas”, identificó Jaime Montejo, de Brigada Callejera.
Durante un año la Brigada Callajera y la Red Nacional Trabajadoras y Trabajadores Sexuales han encontrado a 3 mujeres migrantes, una en Tijuana, otra en Tapachula y actualmente se ha detectado la tercera en la zona de La Merced.
Somos las madres de la caravana
Dulce Flores y Reina Serrato son familiares, tías y hermanas de migrantes hondureños. “Nosotros somos las madres de la caravana buscamos a nuestros hijos desaparecidos”, se presentan. “Venimos a poner en la mesa todas las vejaciones, todo lo que sufren nuestros hermanos en el paso, porque ellos no vinieron a quedarse a México, es aquí donde ellos sufren, desaparecen”.
Buscan a Álvaro Emilio Madariaga Carrillo que salió hace 16 años cuando tenía 17 de edad y a una hermana, María Gertrudis Sánchez, a la que le perdieron contacto hace cinco años.
“Venía con muchos sueños, se supone que (el pollero) la vendió pero no sabemos a quién. Lo que dijo es que estaba encerrada, que no podía hablar de ahí porque la castigaban. Esto fue en 2011. Desde ahí no volvimos a saber nada porque ella dijo que era peligroso, que la castigaban”.
“Mientras no cambien las políticas migratorias, mientras no cambien los motivos que expulsan a la gente pues no vamos a encontrar soluciones”, afirmó Martha Soler, la activista pidió a la gente que traten bien a los migrantes, “a veces la sonrisa de la gente es un elemento importantísimo pues son personas que vienen con miedo, cansada y a veces hambrienta”, agregó.
“No todo es malo. No estamos solas en este dolor. Hay muchas madres en México que están pasando por la situación que nosotros estamos pasando, hay mucha solidaridad y mucho cariño. Hay apoyo para los migrantes pero la maldad es mayor”, dice una madre de la caravana.
