Cárteles disputan el monopolio del cobro de piso en ambos megaproyectos, denuncia el Capitán Marcos.
“Los llamados megaproyectos no derivan en desarrollo. Son sólo los corredores comerciales abiertos para que el crimen organizado tenga nuevos mercados”, señaló el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), en un documento titulado Adagios y firmado por el capitán Marcos.
Al analizar la situación que se vive en el sureste mexicano, el capitán Marcos afirmó que la disputa entre cárteles ya no es sólo por el tráfico de personas y drogas, “es sobre todo la disputa por el monopolio del cobro de piso en lo que se mal llama “Tren Maya” y “Corredor Transístmico”.
El EZLN expresó que no hay diferencias sustanciales entre los proyectos en el Istmo de la época porfirisa, de la foxista y la actual morenista. Afirmó que su objetivo no es el bienestar ni la modernización, salvo el bienestar del gran capital. “ Unos fracasaron y el otro también lo hará”.
Marcos sostuvo que el crimen organizado no es una anomalía del sistema sino una consecuencia. Denunció que el Estado y el crimen organizado realizan una maniobra de pinza, “atenazan un territorio, lo destruyen y despueblan, y luego entra el gran Capital a reconstruir y reordenar”.
Puntualizó que tampoco se trata de una alianza sino de una operación mercantil, pues ante la ausencia del Estado, el crimen “compra” esa falta de presencia y la ganancia es mutua y “la pérdida es para quienes sobreviven en esos lugares” (los pueblos originarios) señaló.
“A los árboles y animales no se les pueden cobrar cuotas, en cambio sí a las comunidades y a las empresas que se asienten en esa otra inútil frontera en el sureste mexicano”, expuso.
En el documento firmado desde las montañas del sureste mexicano, Marcos afirma que lo ocurrido en 1997, con la creación de grupos paramilitares y luego la matanza de Acteal, “fue sólo el preludio de la pesadilla actual”.
Planteó que: “El Estado piensa que los del llamado Crimen Organizado son sus sirvientes y van y vienen según se les indique o se le obligue. Por esa creencia es que se llevan las sorpresas que padecen”.
Y cuestionó: “¿Por qué en un estado federativo militarizado por 30 años, ahora florecen los cárteles y sus enfrentamientos con el beneplácito gubernamental de quienes invadieron el suroriental estado mexicano de Chiapas, alegando que evitaban así la “balcanización” de la república? Sí, parece que el territorio mexicano está más fragmentado que nunca”.
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