Dr. Antonio Mendoza Hernández
Profesor-Investigador del Departamento de Economía, DCSH
Universidad Autónoma Metropolitana – Iztapalapa
Es un buen momento, el Año Internacional de las Cooperativas, para promover la visualización del sector social de la economía (SSE) y su célula de trabajo, producción, servicios y consumo, las sociedades cooperativas (SC) “como una parte esencial para la transformación de la realidad”. Por ello, en esta ocasión, a propósito de la convocatoria de La Coperacha, el objetivo del presente escrito es analizar las potencialidades de las Universidades Públicas, en sus tareas sustantivas, a través de la docencia, la investigación y la extensión a la cultura, en relación con el SSE. Lo que nos permite considerar que la experiencia desde las prácticas de vida y trabajo de dicho sector, puede ampliar el horizonte y profesionalización en la formación profesional del alumnado, materializar el saber hacer de las investigaciones en la resolución de problemas y necesidades sociales concretas y; mediante la extensión – vinculación, resignificar la retroalimentación del pensamiento en la praxis. Necesitamos repensar las formas de conocimiento y los procesos de organización en la universidad para dar lugar a la esperanza de la universidad desde las respuestas a los principales problemas nacionales.
La universidad pública debe de volcarse al SSE para problematizar su práctica educativa y reforzar su sentido social en la investigación. Hasta ahora, solo a través de la extensión universitaria se ha privilegiado el vínculo con la sociedad civil organizada, olvidando que la docencia y la investigación son también la agencia social de la universidad frente a un Estado que prioriza las asociaciones públicas – privadas como “reglas del juego económico” en una economía mixta.
Vale retomar algunas de las ideas del autor brasileño y educador popular Paulo Freire, así como de la escritora feminista bell hooks para el siguiente planteamiento. Desde la tarea sustantiva de la docencia, enseñar no es transmitir conocimiento sino crear las condiciones para la propia construcción del mismo, lo que exige una aprehensión de la realidad. El punto de partida de la docencia, es el espacio del aula y su sentido de proximidad, lo que nos puede permitir ejercer una educación problematizadora, con el propósito de indagar sobre la realidad, sobre sus problemas más relevantes y las formas de resolverlos.
Una ruta para lograr lo anterior es mediante una pedagogía de la praxis, colocando la solidaridad, el esfuerzo propio y la ayuda mutua como los valores pedagógicos en la vida escolar cotidiana. Estos valores pedagógicos pueden ser acompañados con preguntas detonadoras, ¿por qué enseñar? Y ¿por qué aprender? Las cuales representan el punto de partida en el proceso pedagógico de una educación problematizadora. El objetivo de una práctica educativa problematizadora, es el de pasar de la curiosidad ingenua del alumnado a una curiosidad epistémica, para que, a través de cuestionar a la realidad, se articule teoría y práctica. Lo anterior nos permite, considerar que las experiencias del SSE, en el campo de la docencia, pueden ampliar el conocimiento en la formación profesional del alumnado, pero también su horizonte de posibilidades de vida.
desde la tarea sustantiva de la investigación, se tiene la oportunidad de generar procesos de indagación que se involucren con los protagonistas desde el territorio
Mientras que, desde la tarea sustantiva de la investigación, se tiene la oportunidad de generar procesos de indagación que se involucren con los protagonistas desde el territorio. Por ejemplo, materializar la aplicación y uso de tecnologías culturalmente apropiadas, el análisis de estudios de caso, el diseño de productos determinados, y la elaboración de planes de ordenamiento; dirigidos a la creación e innovación de aplicaciones para resolver necesidades concretas.
Finalmente, la idea de la extensión universitaria, en las prácticas y experiencias, no significa salir del campus para “ayudar” a la sociedad civil organizada a resolver sus problemas, sino, como lo planteó el autor Gregorio Leal, “ofrecer lecturas y análisis sobre la realidad situada en territorios para generar el conocimiento en diálogo de saberes junto con las comunidades”. Desde la tarea sustantiva de la vinculación – extensión con la sociedad civil organizada, la universidad puede diseñar los mecanismos de intervención que estén orientados a desarrollar alternativas de solución a las principales necesidades y problemas del entorno, en un proceso compartido y recíproco con diversos actores de la sociedad.

Es por medio de la interdisciplina, donde las tareas sustantivas de la universidad se entrecruzan y es posible realizar intervenciones Universidad-SSE. Se trata de que, a través de paradigmas heterodoxos, se abra paso en las universidades a enfoques fuera de la corriente dominante que ha fomentado una docencia e investigación mercantilizando el conocimiento. Si consideramos que las universidades son una caja de resonancia de las sociedades y de sus marcos culturales, sociales y políticos, las formas económicas que impulsa la sociedad civil organizada, también se encuentran en los intereses y funcionamiento de las universidades.
Así, por ejemplo, y recuperando a las economistas feministas J. K. Gibson-Graham, en el SSE existen unidades económicas relacionadas con la diversidad económica que representan maneras distintas de organizar la economía y coloca en el centro a las personas, con la promoción de la propiedad colectiva, la distribución equitativa de los excedentes a partir del trabajo asociativo, la ayuda mutua y la solidaridad. Se trata, como lo planteó José Luis Coraggio, de una realidad realmente existente.
Retomando a Luiz Inácio Gaiger, la diversidad económica puede ser entendida como la heterogeneidad estructural de formas productivas “que no son simplemente atípicas para el modo de producción capitalista. En algunos casos, favorecen la existencia de relaciones sociales antagónicas al capitalismo y, en muchos casos, preservan o revitalizan relaciones sociales no capitalistas”. Se trata de una base material donde se construyen las otras economías que gestionan un trabajo asociativo por medio de una economía social y solidaria (ESS). Para Jordi García Jané y Jean – Louis Laville, existen tres formas de mirar la ESS: el enfoque neoliberal, el socialdemócrata y el postcapitalista. Dentro del tercer enfoque se pregunta: ¿puede contribuir el SSE a edificar un sistema económico distinto al capitalismo, que sea más justo, democrático y sostenible? La respuesta es, sí.
captar desde las tareas sustantivas de la universidad la diversidad y riqueza de la experiencia social y las alternativas económicas
En la imagen 1, El iceberg de la diversidad económica expresa las otras economías desde la periferia de la periferia. Arriba, en lo visible, destacan los tres sectores económicos conocidos en una llamada economía mixta: público, privado y social. Abajo, en lo invisible y negado, es donde las economías de base familiar y comunitaria coexisten, conviven y se entretejen diversas lógicas productivas: familiares, comunitarias, asociativas, privadas y públicas. El propósito es visibilizar lo invisibilizado, desde la pluralidad económica del SSE, para captar desde las tareas sustantivas de la universidad la diversidad y riqueza de la experiencia social y las alternativas económicas.

En términos del SSE, la universidad puede asumir sus tareas sustantivas con metodologías interdisciplinarias y transdisciplinarias para pensar críticamente su compromiso con la sociedad de manera epistémica y teórica para imaginar soluciones realmente novedosas con base en la práctica de los actores sociales y valorar los saberes populares.
Lo anterior nos invita a generar estrategias de fortalecimiento para garantizar la innovación teórica desde la práctica como acción y reflexión en el mundo para cambiarlo. Tenemos la oportunidad de incorporar a la enseñanza, investigación y extensión a la cultura a esta otra forma de hacer economía para habitar a la universidad desde otro lugar. No la desaprovechemos.
Otros trabajos de la serie:
¿Las cooperativas construyen un mundo mejor?
Retos y desafíos de la Economía Social en México
Reflexiones en ocasión del año internacional de las cooperativas
































