La gente puede obtener cosas sin dinero: Marco Guzmán.
Redacción La Coperacha
Ciudad de México // 06 de febrero de 2019
El último domingo de enero, luego de varios años apaciguado, el Banco del Tiempo de Guadalajara volvió a girar sus manecillas. En el Parque del Refugio, donde se practica el trueque, decenas de personas volvieron a cuestionar el valor del tiempo.
El joven Marco Guzmán ha impulsado esta nueva etapa del banco que no maneja fondos capitalistas. “Quiero que la gente pueda obtener cosas sin dinero porque a veces el capitalismo nos está ahorcando”, dice a La Coperacha.
Los banqueros del tiempo, invitados por vecinos del Parque del Refugio (sitio que dejan lustroso al terminar la jornada), practican el trueque y otras economías. La gente que no los conoce pregunta por el precio de las ofertas, cuando se enteran que es trueque, hasta los policías, participan del intercambio.
Registrarse a tiempo
Ahí en el refugio instalan un registro para los interesados en el banco del tiempo. Marco explica su funcionamiento: Te registras en una plataforma electrónica previa verificación de datos personales, ahí ofreces tus servicios y pides los que te gustaría recibir aunque no necesariamente de intercambio.
Los servicios deben ser profesionales y cuando quedas registrado “se te regalan cinco horas”, dice Marco. Los servicios son tan variados como creativos, “van desde el dentista, la carpintería, fletes, de charlas amenas, clases de matemáticas, italiano, francés, e incluso de acompañamiento al súper”.
Cuando se realiza un servicio se debe ingresar a la plataforma, que actualmente es Facebook, calificar el servicio recibido y pagar el tiempo gastado. “Como dice Pepe Mujica: uno no gasta la plata sino el tiempo que se tardó en generar esa plata”, suelta Marco.
Cuando se consumen las cinco horas de servicios iniciales “la única forma de adquirir más es ayudando a los demás, haciendo más servicios” y así el banco no entra en números rojos.
Cuánto vale una hora
Se le pregunta a Marco cuánto vale una hora. “No es tanto el servicio que estás proporcionando, es el tiempo, una hora vale una hora”, responde e inicia una reflexión que cuestiona el valor que se le da a ciertas profesiones porque “es totalmente subjetivo el valor de una hora y un servicio”.
A lo mejor si estás sano vale menos una hora en el doctor que una hora de mecánico a la orilla de una carretera, pone el ejemplo. “La idea es que nos quitemos ese chip de que hay cosas que valen más que otras, todas valen lo mismo”.
Dios Chronos
Lo que Marco desea es estar en el Banco del Tiempo Mundial. “Hay bancos del tiempo en todos lados, hay en España y en Francia”, éstos a su vez participan de la plataforma mundial Chronos “y si eres usuario de ahí, eres usuario confiable y puedes usar el banco del tiempo de cualquier lugar”.
Así quien vaya de mochilazo a Francia podrá usar sus horas del banco del tiempo para descansar o comer en algún lugar, describe.
“Todavía no somos parte de Chronos, como banco mundial del tiempo existen ciertos parámetros que debemos cumplir con calidad”, reconoce Marco, quien junto a usuarios como Ángel Lepe, Susana Gato, Karen Hipíkatu, Eduardo Aguilar, Andrea Puga y Karen Soriano han vuelto a girar las manecillas solidarias del tiempo.