Se conmemoran 20 años de la partida del artista plástico michoacano.
Este día, 19 de enero, se conmemoran 20 años de la muerte del dibujante, muralista, escultor, grabador michoacano Alfredo Zalce. En medio de diversos homenajes en su tierra natal, al Premio Nacional de Ciencias y Artes (2001) se le recuerda por sus gestos solidarios con movimientos sociales, entre ellos, los obreros.
Esa solidaridad se plasmó en la donación de dos obras para los trabajadores de Pascual que forman parte del acervo de la Fundación Cultural Pascual, que es expuesta en diferentes recintos pero también viaja a escuelas y a comunidades del país.
“Es un orgullo para nosotros tener una parte de su obra”, afirma Emanuel Barojas, integrante la Fundación Cultural Pascual. “El maestro Zalce fue un luchador, coincidía con las luchas sociales, hizo mucho por su estado como crear escuelas; en Pátzcuaro fundó la escuela de Artes Plásticas de la Universidad de Michoacán”, resume Barojas, quien también sigue los pasos de Zalce entre lienzos y esculturas.
Durante su trayectoria Zalce pintó el campo mexicano, los pueblos originarios y los oficios, entre otras temáticas. La obra Pescadería es una muestra de ello. Pintada en 1985, con la técnica de acrílico sobre fibracel, formó parte de la primera donación que recibieron los trabajadores de Pascual en ese mismo año.
Los trazos en colores amables de esta obra, contrastan con la fuerza de la persona que empuña un cuchillo y corta los pescados. Integró la “Primera Muestra Pictórica de Apoyo a los trabajadores de Pascual”, que se expuso el 24 de junio de 1985 en el Museo del Carmen, en San Ángel.
Ese día la crítica de arte Raquel Tibol destacó que “sólo la terquedad y tenacidad de mil 200 trabajadores de Pascual”, habían permitido sacar adelante un movimiento de huelga de tres años que estaba a un paso de convertirse en una cooperativa para coronar el triunfo.
La solidaridad de los trabajadores del arte hacia el movimiento obrero se plasmaba con una donación de cerca de 600 obras de artistas como Mario Orozco Rivera, José Chávez Morado, Rufino Tamayo, José Luis Cuevas y muchos más.
Las obras buscaron subastarse y con ello conseguir los recursos para echar a andar la cooperativa, pero la subasta nunca se concretó y el apoyo económico provino del Sindicato de Trabajadores de la Universidad Nacional Autónoma de México. La donación de los artistas plásticos se convirtió en parte del acervo de la Fundación Cultural Pascual, dirigida por los mismos obreros.
En 1998 Zalce firma La fogata, una obra con la técnica de repujado en cobre y que recuerda las fogatas purépechas, símbolo de resistencia. Su alumno Mizraim Cárdenas, hizo las gestiones para convertirla en la segunda donación para la Fundación Cultural Pascual.
Más de 3 mil obras plásticas creó el también fundador del Taller de la Gráfica Popular, su trabajo se conserva en museos internacionales como el Museo Metropolitano de Nueva York; el Museo Nacional de Estocolmo, Suecia; y el Museo Nacional de Varsovia, Polonia; pero también está al alcance de obreros, cooperativistas y de escuelas populares a las que llega el acervo de Pascual.
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