Antídoto para no engrosar los bolsillos de los ganones del mundo.
Redacción La Coperacha
Ciudad de México // 17 de diciembre de 2015
Si estás ansioso por preparar el intercambio o las comilonas de fin de año, pero no quieres que tu aguinaldo se vaya a engrosar los bolsillos del 1% de los ganones del mundo, acá están algunas alternativas cooperativas o solidarias que pueden llenarte el ojo.
Pa´l brindis
Las bebidas solidarias y efervescentes corren a cargo de las cooperativas. Para eso no hay nada mejor que La Turbulenta, cerveza experimental de nopal con sabores a maracuyá y chile habanero, que producen en conjunto las cooperativas Labizet y Cananea.
Pero si lo que el paladar prefiere es algo más tradicional, digamos bien comprobado con base en la experiencia, ahí están los sabores blond ale e imperial stout, de la cooperativa Cerveza Pensil Mexicana, más frutales y frondosos.
Al pan, pan…
En este rubro ya hay muchas cooperativas y colectivos que producen en la Ciudad de México, a tal grado que los teóricos de la economía solidaria han señalado que lo que falta ahora es la elaboración de materias primas orgánicas.
Como ejemplo de verdadero pan señalaremos al producido por Las Semillas al Pan, denominación de origen solidario de varios integrantes de la Feria Multitrueke, y que en esta temporada traen unos fruitcakes que están de rechupetes.
Otro botón de panaderos cooperativos es Nulti Pan Integral, quienes tienen clara la importancia de una producción artesanal elaborada con altos grados de cariño, para que el pan suba y quede “infladito”.
La pura verdura
Para preparar ensaladas orgánicas no es necesario comprar en Superama sino en las chinampas. Estas formas de producción que son Patrimonio Cultural de la Humanidad, además de cuidar la tierra, evitar la entrada de monocultivos, sacan toneladas de hortalizas que están listas para ser incorporadas en las ensaladas navideñas.
Los rábanos, verdolagas, espinacas, lechugas (romanas, italianas, orejonas, largas, chaparritas y verdes), betabeles, que salen de las huertas chinamperas de las cooperativas Olintlalli y La Chicuarota, son dignas de cualquier comilona.
El guajolote
Para ponerle proteína a las posadas, en Texcoco siguen creciendo gordos y felices los guajolotes orgánicos de la Granja Cocotla. Estas aves mexicanas son alimentadas en viviendas soleadas con dieta de granos locales y alga espirulina, para elevar los niveles de nutrientes. Los guajolotes de Cocotla pueden acompañarse con el ancestral mole de la cooperativa Delicias Mexicanas o bien, simplemente ahumados.
Las salsas y cumbias
Las cooperativas se han dedicado de un tiempo para acá a recolectar las recetas de las abuelas, y en casos extremos a interpretar verdaderos pergaminos del medioevo, para recuperar los sabores que la industrialización de las salsas y mermeladas habían tapado con su sal yodata y bicarbonatos.
Salsatitlán, Mackry y La Floresta Gourmet, son solamente tres de las cooperativas que han recuperado los sabores de la infancia de más de uno, como la laureada mermelada de zapote, naranja y tequila que produce la cooperativa gourmet.
La variante rica en proteínas naturales son las cremas de Kanut, cooperativa de campesinos de Cacaloxuchitl, Puebla, que lo mismo hacen cremas de cacahuate que tortillas y tostadas de la misma leguminosa.
Más guap@s que rockstar
Para ponerse guapo, se dice en lo cotidiano, están los champús de la cooperativa indígena Tosepan Titatanizke, elaborados a partir de miel de la abeja melipona de la Sierra Norte de Puebla, pegadito a Cuetzalan.
Pero si la preferencia es más jabonosa, ahí están las fragancias naturales de romero, lavanda, avena, canela, nopal, menta y nuez, que producen manos indígenas nahuas, otomíes y tepehuas, de la cooperativa Makadí, de la Sierra Norte de Veracruz.
Bien cobijados
Para ya no regalar corbatas, la alternativa son los bordados y muñecas mazahuas de la cooperativa Flor de Mazahua. Las mujeres de esta cooperativa llegaron a la ciudad desde sus comunidades hace 40 años y se propusieron recuperar el bordado artesanal y sus muñecas, y en su labor han sido arropadas por los grupos de la economía solidaria de la Feria Multitrueke.
Y finalmente, la última recomendación, pero sin que la lista haya quedado concluida por la amplia baraja cooperativa, aquí están los vestidos de gala y noche de Waalaz Collections, una cooperativa que dejó 40 años de maquila para sacar su propia línea creativa.
Casi todos estos productos pueden encontrarse en los mercados orgánicos y solidarios de la Ciudad de México, y en su defecto, la era informática nos facilita por lo menos seis buscadores digitales para encontrarlos sin falla.
La Coperacha