Biopiratería despoja a mayas de su meliponicultura ancestral

Contratos otorgan recursos genéticos y conocimientos tradicionales a farmacéutica francesa. 


Foto: Fundación Melipona Maya

Redacción La Coperacha
Ciudad de México // 08 de mayo de 2018

La Asamblea de los Defensores del Territorio Maya “Múuch’ Xíinbal” denunció el despojo de la meliponicultura por biopiratería.

En un comunicado señalaron que el francés Stephane Palmieri, de la Fundación Melipona Maya (FMM), en colusión con instituciones gubernamentales y académicas ha realizado el despojo.

Los denunciantes mencionaron que bajo el argumento de “retornar la semilla de la meliponicultura” la FMM posee meliponarios de reproducción de colmenas en comunidades mayas de Tulum, con ellas firman un “contrato de cooperación” donde se especifican que la propiedad de las colmenas son de la Fundación.

La asamblea de defensores indico que esto limita “absolutamente la autonomía de una tradición que les pertenece por herencia a las comunidades Mayas, convirtiéndolas en empleados de un modelo de negocio ajeno a sus costumbres”.

La FMM opera en territorio maya desde el 2013. Con su programa “Plan de regreso de las semillas de meliponas” se extendieron a varias localidades de Tulum, Quintana Roo, en donde familias mayas construyeron meliponarios para recibir en “comodato” las colmenas en cajas de madera por parte de la fundación.

El comodato, afirmó la asamblea, “es entonces una manera en que las comunidades Mayas reciben a sus colmenas siendo condicionadas y despojadas por la FMM de una herencia que por derecho les pertenece”.

El comunicado señala que la empresa francesa Ballot-Flurin, realizó la primera línea de productos elaborados con miel melipona, para convencer sobre el potencial de su industrialización en Francia y venderlos a un precio justo en Europa y Estados Unidos.

Con esta promesa y el incremento de colmenas transferidas a cajas, la FMM obtuvo el apoyo de las comunidades mayas y de organismos internacionales como la Fundación W.K. Kellogg, Cooperación Alemana GIZ, la empresa Guerlain, además de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (CONABIO).

La FMM también firmó convenios de colaboración con instituciones educativas como la Universidad Intercultural Maya de Quintana Roo (UIMQROO) y el Instituto Tecnológico de Felipe Carrillo Puerto, para llevar a cabo sus planes de “repoblamiento de colmenas”.

Biopiratería bajo el protocolo de Nagoya
La asamblea maya advirtió que la FMM en contubernio con Diego Ramón Briceño Domínguez, director del Tecnológico de Felipe Carrillo Puerto y presidente del Centro de Estudios Biológicos, Medio Ambiente y Recursos Naturales (BIOMAR), junto con Cooperación Alemana GIZ, la empresa Expanscience, apoyados por la CONABIO y la SEMARNAT, buscan desarrollar el “Proyecto de Nagoya para el Acceso a Miel de Melipona en Zonas Indígenas de Quintana Roo, México”.

Este plan primero fue presentado en 2017 por Stephane Palmieri de FMM en instalaciones de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI) en Felipe Carrillo Puerto, pero fue rechazado.

Sin embargo a principios de 2018, Ramón Briceño, presidente de BIOMAR presentó nuevamente el proyecto y en esta ocasión la CDI autorizó un apoyo de 60 mil pesos para la fase de protocolización.

En el documento del proyecto se menciona que en el 2017 la miel de la Melipona beecheii fue incluida en la lista Internacional de Ingredientes Cosméticos, como elemento aprobado para su uso en la cosmética.

En otra parte el texto describe que “esto permite a empresas dedicadas a la cosmética a que inicien con la búsqueda de ingredientes activos en la miel de melipona” y para proteger el recurso genético y los conocimientos tradicionales asociados a ella se debe “plantear un protocolo de Nagoya”, para que las comunidades mayas participen de sus beneficios de manera justa y equitativa.

La asamblea afirmó que a finales del 2017 el laboratorio farmacéutico y dermocosmético francés, Expanscience, contactó a las Cooperativas de la Zona Maya de Tulum para la adquisición de miel melipona con el objetivo de desarrollar en sus laboratorios productos cosméticos para la piel.

En los próximos meses cooperativas mayas, integradas por 55 representantes, jefes de familia de la zona indígena de Tulum y productores de miel melipona, estarán en negociaciones con la empresa farmaceútica francesa para implementar el Protocolo de Nagoya para la comercialización de productos.

Al final del contrato presentado ante la CDI de Felipe Carrillo Puerto, la Asociación Civil BIOMAR cierra con el párrafo: “En caso de no desarrollarse el Protocolo de Nagoya, entre el laboratorio francés y las comunidades indígenas de la zona Maya de Tulum, el recurso genético y los conocimientos tradicionales asociados a ella, quedará a disponibilidad de la empresa, pudiéndola patentar y gozar de sus beneficios de manera exclusiva y sin la obligación de compartir con los guardianes del recurso biológico”.

En caso de que las comunidades Mayas no firmen de común acuerdo este proyecto, “BIOMAR A.C. amenaza con todo el dolo, de adueñarse de la genética de la Melipona beecheii y de las propiedades de su miel, así como de todo el conocimiento tradicional asociado para patentarlo y usarlo sin reconocer a los que por siglos han sido sus guardianes”, advirtió la asamblea.

Las comunidades mayas de la península de Yucatán organizadas en Asamblea de Defensores del Territorio Maya Múuch’ Xíinbal, denunciaron “este robo, este despojo de extranjeros coludidos con las instituciones de nuestro país, la han hecho con las semillas, ahora lo hacen con las abejas meliponas y con nuestro territorio”.

Consulta el comunicado completo en La biopiratería ha llegado a tierras Mayas

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