Celebran 20 años de trueque en Michoacán

Más de 500 “Tianguis Purépecha” sin usar dinero


La Coperacha // Enviado Pablo Correa
Ciudad de México // 25 de junio de 2014

Desde la primera vez que se celebró el “Tianguis Purépecha” en 1994, hasta ahora se ha realizado 503 veces, mismas en las que se ha prescindido del uso de dinero.

Basado unicamente en la práctica del trueque e instalado cada quince días en los diferentes pueblos ribereños alrededor del Lago de Pátzcuaro, lo mismo se intercambia jabón, útiles escolares y juguetes tradicionales, que ropa y productos propios de la cultura purépecha.

20 años de trueque
Ofelia tiene jitomates, capulines y acelga, en su propia lengua se pone de acuerdo con otra ama de casa que ha traído desde su comunidad maíz. Al final, Ofelia ha hecho un buen trueque, se ha quedado con un petate, maíz y verdura. Mucho le han dado las “matitas” de jitomate que tiene en casa. Su lengua es la purépecha.

Como el trueque que hizó Ofelia, este domingo se dan varios cientos de intercambios dentro del llamado “Tianguis Purépecha” que trabaja desde 1994. En una jornada festiva, más de 500 personas provenientes de 13 comunidades acuden a la celebración que incluye una gran misa, bailables y música de la región, como la Pirecua.

En esta ocasión especial, el tianguis se desarrolla en Cuanajo, un pequeño poblado a unos 15 kilómetros de la ciudad de Pátzcuaro. En la iglesia de “La Natividad”, el padre Gilberto Lucas, ideólogo de esta iniciativa, hace un conteo de los tianguis celebrados desde 1994.

“…San Andrés: 47 tianguis. Jarácuaro: 48 tianguis, Carácuaro 49 tianguis, Cuanajo: 63 tianguis”, después se escuchan los aplausos.

El “Tianguis Purépecha”, es quizá la expresión más amplia y natural del trueque en México. Sus principales protagonistas son mujeres, que visten coloridos trajes típicos y de manera festiva hacen intercambios justos y fraternales. Aunque también hay hombres que intercambian productos, la mayoría toma el rol de transportar los productos desde las comunidades, que en muchos casos están a varios kilómetros.

“Nos encontramos, platicamos y convivimos un rato”
Gloria es otra mujer que este día ha sacado provecho de la generosidad del trueque, ella viene de San Andrés Tziróndaro, justo del otro lado del lago Pátzcuaro en relación a Cuanajo. Ve que el tianguis va más allá del trueque y explica que este acto “es una convivencia”.

Gloria participó en el primer tianguis en el poblado de Tzintzuntzán en el 94, en ese entonces era muy jovencita. Ahora acude de forma esporádica, ya que el transporte es el principal problema. Este día ha traído maíz, habas y algo de ropa; por medio del trueque ha conseguido durazno, capulín y plantas medicinales.

“Me siento orgullosa de que esta actividad se haya preservado tanto tiempo. La gente mayor nos cuenta que anteriormente la forma de ayudarse era esta, de que si yo no tengo a la mejor cebollas, voy con la vecina a ver si tiene y yo le doy lo que tenga”, dice.

“El gran valor del Tianguis Purépecha es su generosidad”
El “Tianguis Purépecha” narra Filemón Zintzun, quién ha participado y lo ha animado desde su inicio, derivó de dos situaciones principales. Primero por las diferencias y confrontaciones que se sucitaban entre comunidades, y la segunda, la entrada del Tratado de Libre Comercio en 1994.

“Los pequeños productores dijimos: ¿Qué va a ser de nosotros?”, narra Zintzun.

Algunos sacerdotes de la región se plantearon cómo resolver esta situación, primero se pensó en intercambiar las experiencias, de llevar reflexiones de una comunidad a otra y de retomar la lengua.

“Luego se empezó a revalorar nuestra cultura, la lengua, el vestido, la música y la organización comunitaria, y dentro de eso dijeron: ¡Ah! el intercambio, el trueque”, explica Zintzun.

Así el 26 de junio de 1994 en el poblado de Tzintzuntzán, después de varios ensayos y con un ambiente de euforia, se realizó por primera vez el “Tianguis Purépecha” en el que participaron unas 500 personas

“El gran valor del Tianguis Purépecha es su generosidad”, dice orgulloso.

¿Nada espectacular?
Para la organización del tianguis varias personas funcionan como coordinadores en cada comunidad, con reuniones periódicas van definiendo el calendario del tianguis itinerante. Los coordinadores se encargan de repartir los calendarios e informar a los participantes de las comunidades el lugar y fecha del próximo trueque.

El tianguis siempre ocurren en domingo y comienza a las diez y media de la mañana. De manera rápida, ágil, pero sobre todo natural, las personas intercambian vertiginosamente su productos. Muebles, plantas, bancos y largos petates navegan sobre el tianguis, también abundan las sonrisas.

El trueque habitualmente no dura más de una hora y media, pero en este aniversario se ha alargado un poco porque esta es una ocasion especial.

“No hay un impacto espectacular, sólo el de retomar nuestros valores” dice modestamente, Filemón Zintzun.

“Es una fiesta, es un reencuentro y más cuando hablamos nuestra propia lengua, a veces compartimos nuestras difcicultades en nuestras comunidades o nuestro bienestar”.

Regateo
“A la mejor no le tocó ver el regateo, también es una de las manifestaciones de este tianguis”, me dice Don Filemón.
– Yo te doy lenteja,
– ¿Porqué no me das un poquito más?
– Pero te estoy dando bien.

“Es parte del toma y daca para llegar a un acuerdo”.

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