“Aprovechando que la tierra tuvo dolores de parto hay que hacer que nazca una nueva comunidad”: Francia Gutiérrez.
Redacción La Coperacha
Ciudad de México // 18 de diciembre de 2017
Este 2017, año en el que las fronteras se blindaron y donde el proceso de negociación del Tratado de Libre Comercio no terminó de cuajar, señala Francia Gutiérrez, la jija del maíz, también se observó cómo estas fronteras dejaron pasar casi el 100% de las tortillas industrializadas con presencia de transgénicos y glifosato.
La también integrante de la organización Sin Maíz No hay País, advierte que la industria que genera harina de maíz, y que alardean que es nixtamalizada, en realidad no le aporta los nutrientes que proviene de un proceso prehispánicos y con maíces nativos.
Esta tortilla artesanal ha sido impulsada a través de la campaña “Yo quiero mi tortilla 100% nixtamalizada”.
Se cumple un año más del Día Nacional del Maíz, se suman meses sin permisos de siembra comercial para el maíz genéticamente modificado, gracias al proceso jurídico de la Demanda Colectiva Maíz, donde la Suprema Corte de Justicia de la Nación debe decidir sobre la medida precautoria.
Además el año cierra con una Ley de Seguridad Interior “que nos da todo menos seguridad, nos da más miedo que certeza a los ciudadanos”, advierte la jija del maíz, e invita a seguir movilizándose “porque en cualquier momento se puede volver en un instrumento en contra de cualquier acción social”, indica.
Y también esperando la reconstrucción después del sismo, Francia hace un llamado a generar un vínculo de solidaridad con las comunidades y espacios afectados, “vamos a relacionarnos de otra forma para este siguiente año, aprovechando que la tierra tuvo dolores de parto, hay que hacer que nazca una nueva comunidad”.
