Con alternativas, el sector social resiste las duras políticas económicas
Pablo Correa La Coperacha
Ciudad de México // 23 de abril de 2015
Kallia Spiridaki dio clases de música por 25 años, pero la crisis de su país hizo que perdiera su trabajo. Tras colocarse en la ancha franja del desempleo que alcanzó en su punto más alto el 27% de desocupación en Grecia, tuvo la idea de conformar una cooperativa junto con otras cuatro personas.
En un edificio antiguo en la mítica Creta, esta isla famosa por sus dioses y un laberinto en el que habitaba un Minotauro, crearon la Cooperativa Ploumi en donde ofrecen café, comida y vino; es necesario decir que varios de sus productos salen de los jardines propios, donde no falta el olivo.
En el edificio también Kallia ofrece sus clases de música y se ha logrado una comunidad. “Las personas que vivieron en las islas nunca olvidaron como ser autónomas, nuestra comunidad cuenta con gente joven y ellos reconocen por instinto lo que realmente es importante”, dice la profesora a BBC Mundo.
Grecia y la zona euro
Tras dos rescates financieros de parte de la Unión Europea (UE) y Fondo Monetario Internacional (FMI) en Grecia no han parado las medidas austeras que han implicado en los últimos años la reducción de salarios de hasta el 30%, ampliación de la edad de jubilación, reducción de pensiones, aumentos en impuestos y miles de despidos.
Aunque el presidente griego saliente en 2014 anunció oficialmente que la crisis griega había terminado, pocos indicios sustentaron esta afirmación. La victoria de la coalición de izquierda “SYRIZA” a cargo de Alexis Tsipras, trajo para 2015 un ola de incertidumbre.
La especulación sobre la salida de Grecia de la zona euro y la dificultad del país mediterráneo de pagar los créditos a las instituciones financieras de la UE y el FMI no cesan. Después de todo las crisis no terminan con anuncios oficiales.
Reconstrucción
Con los problemas económicos y las negociaciones con la UE como techo, la economía a ras de piso busca su propio cauce, pues los cambios de grandes magnitudes en las políticas económicas que buscan la recuperación llevan años.
El fenómeno de formación de cooperativas ha crecido en Grecia desde su crisis, algunos casos como la fábrica griega Vio.Me. de jabones y otros productos de limpieza que se distribuyen en redes solidarias ha sido vista en Grecia como ejemplo de lucha.
El hospital Kilkis que hace un par de años fue tomado por los trabajadores, o el diario ateniense ELEFTHEROTYPIA que buscan autogestionar su trabajo son otros ejemplos.
Un caso exitoso es el proyecto de la cooperativa Kastri,compuesta por una veintena de mujeres que cocinan platillos tradicionales griegos. Esta cooperativa que en 2013 facturó cerca de 400 mil euros, también contribuye a generar empleos a otras mujeres.
“La crisis ha hecho que muchas mujeres vengan con nosotras porque sus maridos están desempleados. Aquí los sueldos son aproximadamente un 20% superiores a los que ofrece el sector privado”, dice Ana Darzenta presidenta de la cooperativa a una televisora.
El cooperativismo griego
La historia de las cooperativas en Grecia data de finales del siglo XIX, el francés Louis Boulanger que vivió varias décadas en este país explica mucha de su herencia. “El pueblo griego tiene innato sentido de la fraternidad de las cooperativas”.
Describió que en los griegos se había fundado la distribución equitativa en el trabajo, y narró que mantenían un fondo de reserva para la educación de los hijos, huérfanos, viudas y enfermos.
Hasta 2012, la The International Organisation of Industrial, Artisanal and Service Producers (CICOPA) en su reporte “Promoviendo Cooperativas y la Economía Social en Grecia” contabilizaba 7,191 cooperativas y mutuales.
De entre éstas destacan las agrícolas, cooperativas que son las que más herencia tienen y que suman 6,376. Le siguen 545 de vivienda, 130 ecoturísticas de mujeres, 41 de farmacias y 23 eléctricas. Mientras que posee 25 bancos cooperativos que tienen como ahorradores a cerca de 196 mil griegos.
Contra los mitos
A Grecia se le forza cada vez más con las conocidas reformas estructurales, pero la actividad social no para de resistir. Hace unas semanas el gobierno griego ha anunciado una licitación internacional para la adquisición del 51 % de la paraestatal Eyath que suministra el agua.
Pero el sector social ha respondido con la “Iniciativa 136” que propone que las cooperativas puedan entrar a la licitación de la paraestatal y con ello tener una gestión comunitaria bajo principios de la democracia, justicia social y respeto ambiental.
El área de la salud también deja buena experiencia, ya que en Grecia a consecuencia de la crisis un tercio de la población ha quedado fuera del sistema público de salud. Así, experiencias de clínicas comunitarias han cobrado relevancia.
Antonio Cuesta, corresponsal en Grecia de la agencia Prensa Latina y autor del libro “Solidaridad y autogestión en Grecia”, ha retratado experiencias como la clínica Ellinko en Atenas, que trabaja diariamente con un voluntariado de 200 personas, ofrece una veintena de especialidades y cuenta con una farmacia que provee medicinas a enfermos crónicos y sin recursos.
Laberinto griego
Recién el gobierno griego ha confiscado los fondos públicos para pagar pensiones y sueldos, su estancia en la Unión Europea sigue en la incertidumbre y desde hace meses el gasto del gobierno se administra como en cualquier casa que busca llegar a fin de mes.
En Grecia todo es incierto, y cualquier escenario de los previstos no es peor que otro, incluso su Banco Central analiza la posibilidad de una moneda paralela. Grecia parece vivir el mito del Minotauro.
Mientras la política de la UE le respira al oído y le cierra el paso al gobierno heleno, éste hace lo que puede. En el Mediterráneo se vive un verdadero laberinto griego. Al mismo tiempo, el sector social con el hilo de Ariadna en la mano busca una salida digna. En Grecia es lo único que se puede hacer.
La Coperacha