Desde la Comunalidad
Jaime Martínez Luna
Guelatao de Juárez, Oaxaca
La palabra desarrollo ha sido durante muchas décadas la aspiración a vivir mejor. Pero vivir mejor ha implicado destruir el planeta, a tal grado que vivir regidos por el Capital, nos ha encerrado en un laberinto sin fin.
La industrialización fundada en el extractivismo, no ha sido más que violentar la vida natural, la edificación de ciudades no vivibles, sin agua y concentrando basura que ni reciclando se le ve un buen fin. Se ha llegado a la competencia de quien edifica la mejor ciudad, pero nadie piensa en el destructivo ámbito que genera. El individualismo como un resultado civilizatorio, en lugar de unir, separa más a los humanos que ven en todo entorno la mercancía necesaria para lucrar y acumular riqueza.
Los movimientos sociales en el mundo se empeñan en la conquista del poder, y a pesar de sus duros reveses, se empeña en dignificar al individuo. A sabiendas que la noción individual es una ficción creada desde el poder, la propiedad y el mercado. El individuo no existe, la persona que observamos es el resultado de un todo interdependiente, en primera del oxígeno y del agua, en segundo del alimento que garantiza su existencia. A pesar de esta verdad palpable incluso demostrable, para no decir científica, seguimos esperando y soñando con el redentor, sí el individuo todo poderoso. Esto ya es inaguantable.
Por fortuna existen caminos añejos y naturales. Sí, aquellos que le han permitido la existencia a muchos pueblos con una fuerte y umbilical relación con la tierra y su generosidad. Pueblos que enarbolan un buen vivir, una Comunalidad, etc. Pueblos que saben del valor del suelo que pisan, del respeto que reciben de los que habitan estos suelos, y de las acciones que deben realizar celebrando toda su labor y sus resultados existenciales. Esto se permite ver en varios países como políticas generales ya establecidas en sus constituciones, como en Bolivia, Ecuador, Colombia, Brasil, Venezuela, y muchos más, en donde ya no se habla mucho de desarrollo y ya se empieza a hablar de Comunalizar como verbo no alternativo, sino fruto coherente de un raciocinio más natural.
Comunalizar implica entender que todos dependemos de todos. De que la vida es integral, de que todos tenemos un valor que de manera recíproca ofrecemos desde las capacidades que cada quien logra cultivar en su existencia. Comunalizacion, es respetarnos como parte de un todo que se necesita. De un todo que se explica en su integralidad e interdependencia.
Nadie Comunaliza a otro, como nadie educa a otro, como nadie salva a otro. Comunalidad es tomar conciencia de que somos un todo, con vida, con capacidad propia para diseñar un mundo en el que todos participemos. Y de esto que hablamos, lo podemos resumir afirmando que Comunalidad no es Cultura, no es libertad, que Comunalidad es vida integral. Es interdependencia de todas las especies que habitamos el planeta.
Es por ello que ha llegado el tiempo de abandonar la palabra desarrollo, porque nadie nos va a desarrollar, y Comunalizar es hacernos entre todos. Con nuestras capacidades, con nuestra creatividad que nace en el trabajo conjunto. Desarrollar es pensar que hay un todo poderoso, un imperio, una civilización que nos ha de salvar. Dejemos de soñar sueños inexistentes, que sólo la televisión y el cine ofrecen, y ahora los celulares nos endilgan. Forjemos nuestro propio presente Comunalizando la vida toda.
Imagen: Francisco Toledo (Juchitán 1940-2019). Hombre y esqueleto. Gouache y Tinta Sepia sobre papel, 1980.
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