Fiscalía estatal relaciona el asesinato con el control carretero por parte del crimen organizado.
La Fiscalía General de Justicia en Sonora detuvo a Francisco Hiram, “El Morocho”, por ser el presunto asesino del líder yaqui Tomás Rojo Valencia, encontrado muerto en un paraje a 12 kilómetros de su comunidad, Vícam.
Según las investigaciones de la fiscalía, el móvil del homicidio fue por los intereses del crimen organizado en el control de la Carretera Federal México 15, donde Tomás Rojo impulsaba la creación de una caseta para poner orden a los cobros ilegales, y en cambio, lo recaudado fuera para beneficiar a la comunidad yaqui.
Las autoridades de la fiscalía informaron que luego de cinco cateos en las comunidades de San Ignacio Río Muerto, Bácum y Vícam, y en conjunto con el trabajo de todas las corporaciones de seguridad y la Guardia Tradicional Yaqui se logró dar con uno de los presuntos homicidas, así como indicios que podrían llevar a la captura de otros implicados en el crimen.
De acuerdo a lo reportado, desde hace casi una década los líderes de los ocho pueblos que integran la Nación Yaqui han mantenido al menos tres bloqueos en la Carretera Federal que atraviesa su territorio, donde exigen su derecho al paso con una cuota voluntaria.
Esto ha generado conflictos con transportistas y con personas ajenas, pues incluso se han presentado amenazas con armas de fuego a quienes se rehúsan a pagar. Como una salida al conflicto, Rojo Valencia propuso al Gobierno Federal y Estatal la instalación de una caseta de cobro oficial a la entrada de los ocho pueblos para tener un control de ingresos y lo recaudado beneficie directamente a las comunidades.
“Se presume que el asesinato del líder indígena podría estar relacionada con grupos del crimen organizado con intereses ajenos a los del pueblo yaqui, interesados en beneficiarse ilícitamente con el cobro de cuotas en el tramo carretero”, señaló la fiscal de Sonora, Claudia Indira Contreras.
Además del acoso del crimen organizado, el pueblo yaqui mantiene amenazas de grandes capitales como agroindustria y minería, los cuales buscan tener control de recursos naturales y el agua, han señalado organizaciones.
En 2014, Tomás Rojo encabezó la resistencia del pueblo yaqui, junto a Mario Luna, ante el proyecto del Acueducto Independencia que desvió el agua del río Yaqui a la ciudad de Hermosillo a pesar de contar con sentencias favorables al pueblo originario.
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