Desde la Comunalidad

Jaime Martínez Luna

Guelatao de Juárez, Oaxaca

Cuesta trabajo entender que todo el último siglo que va de 1920 a 2020, hemos sido formados desde una lógica individual. Es decir, se ha pensado en nosotros como seres que nos explicamos individualmente, que desde que lo afirman nuestras actas de nacimiento somos personas que nos debemos a otras dos personas y nada más. O sea, el medio natural y humano que nos recibe no tiene un significado real en nuestra existencia.

Este modelo de reconocimiento aísla al ser humano, y lo enclaustra en un ambiente en el que toda la vivencia debe demostrarse en escritos que validen sus actos, por lo tanto, que atestigüen el cumplimiento de sus deberes, y de paso, por escrito se le otorguen los derechos a los que tienes acceso. En cierto sentido, su existencia se demuestra sólo burocráticamente. Te educan si entregas requisitos escritos que demuestren tu existencia.

Vista así, la educación es una suma de saberes que al final de un semestre o año tienen que validarse mediante papeles. Esto hace de la vida un paquete de documentos que equis oficina debe almacenar. Todo hace de la educación un paquete de saberes que sólo son demostrados mediante documentos que podrás utilizar el resto de tu vida.

Podríamos concluir, que la vida es un expediente que debes ir engrosando a lo largo de toda tu vida. Lo que hace de la educación el instrumento ideal para controlar la creatividad que la vida misma nos aporta.

Plantear una nueva Educación, como se pretende con la Nueva Escuela Mexicana y sus libros de texto, exige de todos, una revisión seria de lo que han hecho con nosotros; un expediente. El empeño de hacernos un expediente sigue existiendo. Claro, hay que reconocer que se empieza a esbozar la “posible” existencia de otra realidad a la que no accedamos.

Una realidad comunitaria que puede construirse. Pero efectivamente construir una comunidad con la misma lógica individual imperante. Sin siquiera cuestionar la visión comunitaria en la historia humana. Que quede claro, se habla de lo comunitario no de lo comunal. La colectivización de la que se habla y promueve, es la organización de individuos, como se da en una cooperativa, no de lo que se percibe desde una Comunalidad Comunal.

La propuesta de Educación Comunal, en definitiva, parte de la naturaleza humana que es un resultado integral de los elementos conformadores del universo, como de las especies que la habitan, que tienen un nivel de raíz, y de otro troncal que genera la diversidad cultural que se encuentra en cada contexto. Es decir, la visión antropológica o antropocéntrica es limitada, pues se funda en la percepción sensorial únicamente. Nosotros partimos desde la raíz de la existencia que se fundamenta en la respiración y la energía que es alimentada por la tierra y el agua.

Este razonamiento integral permite entender el mundo ya no desde lo que vemos y tocamos, sino desde lo que respiramos y nos mueve. Afirmamos que primero se respira y después se ve el mundo, a través de esto es que sabemos que somos parte de la naturaleza, no sus amos. Es esto lo que nos llevará a lograr no a una educación impuesta que homogeneiza una diversidad inocultable, sino al reconocimiento de la diversidad de aprendizajes que nos aporta la diversidad de contextos, o de mundos como decían por ahí.

Una Educación Comunal, a pesar del apelativo educación, será el ejercicio de aprendizajes que se obtienen en procesos de construcción y reconstrucción Comunal. En el cual, la participación integral y activa sea la didáctica en cada lugar, proceso que es y será diseñado para resolver necesidades y problemas de la comunidad que los decida en Asamblea.

Con esto queremos aclarar que Educación Comunal no es un paquete de conocimientos que se impone, por lo contrario, es conocimiento cotidiano que se realiza con la participación directa de una comunidad que resuelve sus necesidades, sistematizando su experiencia total.

Podemos concluir afirmando que no es lo mismo una Comunidad liberal, libertaria, individualizada, que una educación comunal en la cual la Comunalidad sea el movimiento y la expresión de lo comunal natural en cualquier lugar, así sea lo rural o lo urbano. Claro, esto no encontrará tantos obstáculos en el mundo rural, más ligado al territorio, que en lo urbano lastimeramente ligado al cemento. Sin embargo, hagamos el esfuerzo de aprender de todo lugar, eso sí, con una visión natural y no únicamente sensorial.

Imagen: Enrique Flores (San Pablo Huitzo, Oaxaca, 1963). Cometa.

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