“Se debe fortalecer a flor de piso los emprendimientos locales”

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Antonio Mendoza, analiza el programa que apoya a cooperativas del DF


Redacción La Coperacha
Ciudad de México // 02 de diciembre de 2014

Catedrático universitario desde hace 20 años y con doctorado en Economía, Antonio Mendoza Hernández participó en el comité de evaluación del Programa para la Promoción, Fortalecimiento e Integración Cooperativa (PPFIC) que apoyó este año a 30 cooperativas defeñas.

Toño Mendoza alinea socialmente con la Red Tlaloc, con la Feria Multitrueke Mixiuhca y con la cooperativa Tijpani. Este académico todoterreno además es el primerísimo actor de la obra de teatro “Quién le paga a quién”, que se presenta en los escenarios exclusivos de la economía solidaria.

Mendoza, que hizo mancuerna con el profesor Nacho López decano en estas lides evaluadoras, nos comparte sus minuciosas observaciones del proceso colectivo que vivió en la valoración de 73 proyectos cooperativistas.

Antonio, platícanos de la dinámica del comité de evaluación
Cuando recibo la invitación para participar en el comité lo comento con los compañeros de la cooperativa y lo vimos como un buen momento para conocer desde dentro cómo se hacen las cosas.

Me tocó la suerte de estar al lado de Paco Saucedo, de Ignacio López y de los compañeros cooperativistas que asistieron como observadores. La verdad fue un ambiente muy fructífero.

Cuando conocimos a la parte de los funcionarios, Finanzas y Desarrollo Social, el encuentro fue en un primer momento ríspido, un poco porque hay un desconocimiento de la vida cooperativa. No dejan de llamarnos empresa, no dejan de hablar de ganancia.

Algo que tenemos que recuperar es el lenguaje. Lo recuperamos con la práctica y nuestra práctica no es de lucro ni de explotación.

De parte de Lucía Sánchez y Rosario Ortiz (secretaria y presidenta del comité de evaluación respectivamente), vi la apertura de escuchar, vi sensibilidad y sobre el querer hacer las cosas de la manera más transparente.

Participé desde la elaboración del reglamento interno de operación del comité. Me sentí muy integrado en el proceso.

¿Y cómo se da el procedimiento de revisión de los proyectos?
En la sesión del comité se leía el resumen ejecutivo, pasábamos a ver la cotización, las evidencias gráficas de la cooperativa y alguna particularidad que se quisiera saber.

Poníamos atención en la viabilidad del proyecto; los valores en la vida cotidiana de los cooperativistas; la relación del proyecto con el apoyo que están solicitando; y en los criterios de equidad.

El procedimiento fue abierto, democrático. Defendías tu voto y se hacía colectivamente el comentario final y el diagnóstico.

Luego llegaban los dictaminadores con su tema, que es el dinero. Y nosotros argumentábamos por qué decidíamos la evaluación y el peso de la naturaleza del proyecto.

Las cooperativas en su mayoría son de nueva creación jurídicamente, pero tienen experiencia de varios años. Son unidades familiares con lazos nucleares y extensivos. Pero las más interesantes son las que tienen una vocación agrícola en suelo urbano: Tláhuac, Xochimilco, Milpa Alta.

Lo anterior me hizo reafirmar lo que dicen los libros: que ser cooperativista es un pretexto de valores practicados desde hace mucho tiempo y el valor que atraviesa es el de la cooperación.

La viabilidad de que se pueda construir otro sistema económico a partir de esa unidad es porque ellos existen antes que el capital y al existir antes del capital los coloca más allá del capital y del estado.

¿Cómo innovar el programa de apoyo a cooperativas?
Si la política social despierta, apoya, capacita y alienta las capacidades productivas, estaría resolviendo muchas cosas. Como el de generar nuestros propios recursos, no depender de la usura, sino de una banca social, y allí entra Alcona (Alianza Cooperativista Nacional, agrupa iniciativas de ahorro y préstamo).

Creo que se tiene que innovar en un programa que apoye a cooperativas consolidadas y darle continuidad a sus proyectos: un segmento presupuestal asignados a esas cooperativas.

La dependencia debe abrir acompañamientos y asesorías a cooperativas para evitar el coyotaje.

Lo que también vimos, es que las cooperativas abren los espacios e involucran a sus hijos que estudian y no encuentran empleo. Algunos se han preparado para el proyecto productivo de la familia. Es decir encuentras cooperativas en Tláhuac, en Milpa Alta y en Xochimilco, donde el giro de la actividad productiva determina el giro de la preparación académica.

El conocimiento académico y científico se empata con el conocimiento de saberes, de la experiencia y eso es bien chingón.

Debe existir una vinculación entre la academia y la política social para la formación de un instituto que vincule teoría y práctica.

Se debe fortalecer a flor de piso los emprendimientos locales y generar espacios territoriales de reproducción social.

Consulta los lineamientos y el reglamento de operación del comité de evaluación.

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