Arturo Mecalco exhibe a los que no tienen llenadera.
“Los insaciables no se cansan de robar y quieren más”, dice el artista plástico y obrero electricista, Arturo Mecalco. Se refiere en particular a la clase política, a los ex presidentes “que han robado al pueblo y no se llenan hasta vomitar”.
Entre los exhibidos en sus cuadros está Felipe Calderón, quien un sábado 15 de octubre de 2009 decretó la extinción de la empresa paraestatal Luz y Fuerza del Centro, y con ello, más de 40 mil obreros quedaron desempleados, entre ellos, el propio Arturo Mecalco.
La exposición del artista plástico se inauguró este viernes 7 de julio en la galería de la cooperativa Pascual, Memorias de Utopía. Mecalco, también integrante del Salón de la Plástica Mexicana y de la colectiva Tepito Arte Acá, dijo un día que mientras la esfera del poder no cambie, nunca expondría en un salón ofical. Este viernes expuso en un salón de obreros y cooperativistas.
Mecalco fue uno de los primeros donadores de obra en solidaridad con la lucha de los trabajadores de Refrescos Pascual. Donó dos cuadros y una cruz de cuatro metros de largo con un cristo que decía: trabajador sacrificado. “Siempre los artistas hemos apoyado a la clase obrera”, afirma.
La donación que ese día hizo el Salón de la Plástica Mexicana, junto con muchas otras que llegaron después, han trascendido y se han convertido en la Fundación Cultural Pascual, con un acervo de más de 2 mil obras plásticas, que se exhibe en comunidades, escuelas y la galería de la cooperativa.
Sobre Pascual, Mecalco dice que no se equivocaron en su idea de formar una cooperativa. El también electricista de líneas aéreas de alta tensión (23 mil voltios), dice que con su obra se burla de los insaciables desde hace tres décadas.
No deja corrupto con cabeza y apunta también a los líderes sindicales como “Ratero Deschamps, Fidel Velázquez que duró 50 años en el poder, el de Teléfonos, el de Ferrocarriles. Siempre ha habido traidores a la clase obrera”.
El presidente de la Fundación Cultural Pascual, Rubén Jiménez, luego de agradecer la presencia de los artistas plásticos en Pascual, resaltó la trascendencia de Los Insaciables: “es una exposición de protesta, una exposición de lucha, diferente, que habla y grita: algo malo está pasando allá arriba. Y algo malo pasó muchos años”.
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