“Queremos ser un ejemplo para que la gente opte por la propiedad colectiva de la vivienda”.
Redacción La Coperacha
Ciudad de México // 08 de febrero de 2017
Guadalupe Rincón tiene 7 años vinculados a la Unión Popular Revolucionaria Emiliano Zapata (UPREZ), la organización de su confianza y desde la cual está construyendo su proyecto cooperativo de vivienda para heredar a su familia algo más que un departamento, “quiero que mis hijos tengan la visión de hacer comunidad”.
Este mes la UPREZ cumple 30 años de dar la batalla desde el movimiento urbano popular principalmente por la vivienda y la educación. Guadalupe explica que se siente importante en la organización y con su trabajo se ha “ganado un lugar con los compañeros y un reconocimiento que no se nos da en nuestra propia casa”.
Comunidad como en la provincia
Casada y madre de un niño de diez años y una niña de ocho, a Guadalupe le quedó claro desde un principio que quería una cooperativa para tener un lugar donde vivir y construir una comunidad para el bienestar de su familia.
“No sé si es porque yo vengo de provincia que tengo esa mentalidad, pues tienes la necesidad de la gente y con las cooperativas creemos que va a ser un cambio, una forma de vida diferente a como se vive en la Ciudad de México”.
Ella es originaria del municipio de La Huacana, Michoacán, ubicada a 150 kilómetros de Morelia, la capital del estado. De padre campesino y madre dedicada a las actividades del hogar, el rancho donde nació se llama La Joya de Álvarez, lo habitan 135 personas distribuidas en 36 hogares.
“Es un gusto enorme llegar a un lugar y que todo mundo te salude”, recuerda Guadalupe.
Llega a la Ciudad de México en 1999 para acompañar a su hermana en el nacimiento de su hijo, “venía por unos meses”.
Se quedó pues encontró trabajo en una cremería en el municipio de Neza: “Entraba a las ocho de la mañana y salía a las 9 de la noche, con un sueldo de 300 pesos a la semana”, recuerda indignada.
Mi confianza está en la UPREZ
El esposo de Guadalupe es pensionado de la policía de la Ciudad de México y llegaron a vivir a Iztapalapa, “a un departamento de compañeros de la UPREZ. Un departamento con renta accesible”.
Una vecina la invitó a conocer los proyecto de la UPREZ, organización en la que “lleva 7 años dándole por la necesidad de la vivienda”. Pero admite que son gente honesta y por eso el proceso es un poco más tardado.
“Me ha tocado ver cómo llegan compañeros al taller de vivienda a pedir ayuda, de otros pueblos y se hace la coperacha para ayudar: estoy en una organización que es humana”, reconoce Guadalupe.
Su experiencia vecinal ha sido difícil pues ha vivido el individualismo que priva en las unidades habitacionales, “la gente no es solidaria y yo no quiero eso para mis hijos”.
En la UPREZ les platicaron sobre la importancia de la vivienda colectiva y entonces Guadalupe se incorpora al grupo que organiza el proyecto cooperativo.
Son 21 familias y el proyecto se llama Tochan
En la base norte de la UPREZ, en Azcapotzalco, se gestó la cooperativa a la que se unió Guadalupe: “Los compañeros tienen una forma de trabajar sobre la ayuda mutua y eso me gustó mucho y me integré”.
Los 21 socios y socias se apoyaron en los programas del Instituto de Vivienda de la ciudad “pero no cubre todo, entonces nos tocó de a 16 mil pesos por cada compañero y el 8 de enero de 2016 nos entregaron del terreno. Ahora estamos buscando crédito para la construcción”, precisa Guadalupe.
Actualmente ya tienen los planos arquitectónicos en los que socios y socias de Tochan han participado en su elaboración: “En la planta baja de nuestra unidad queremos poner un comedor comunitario para ofrecer a los obreros de las fábricas que están cerca, comida a un costo accesible”.
Han contemplado un espacio de usos múltiples para realizar talleres y actividades culturales. Están considerando calentadores solares y la captación de agua de lluvia. Por lo pronto se organizan en guardias para cuidar su terreno y evitar ser invadidos.
Guadalupe reconoce que no ha sido fácil que su esposo entienda su participación “él no está acostumbrado a la lucha”, y concluye mirando a su niña, “el futuro lo construyo para nuestros hijos”.
La Coperacha
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