Copinh exige investigación independiente y dice “No a proyectos de muerte”.
Redacción La Coperacha
Ciudad de México // 01 de marzo de 2017
A un día de cumplirse un año del asesinato de la indígena lenca y ambientalista, Berta Cáceres, decenas de organizaciones e integrantes de pueblos originarios marcharon en Tegucigalpa, Honduras, con un llamado a resolver el crimen y un “No a proyectos de muerte”.
“¿Dónde están los autores intelectuales?”, fue una de las preguntas recurrentes en la movilización que coreaba consignas como “Alerta, aquí camina Berta”, y “Berta no se murió, no se murió, Berta se hizo millones, se hizo millones”.
El Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (Copinh), del que Berta era coordinadora general, exigió al estado hondureño que asuma su responsabilidad por el asesinato de la ambientalista.
El Copinh aseguró que el Estado no solamente desprotegió a Berta, sino la persiguió y criminalizó por su labor comunitaria. Señaló la responsabilidad del gobierno y el Congreso por la concesión de territorios indígenas a empresas privadas sin consultar a los pueblos.
Acusaron la responsabilidad de las Fuerzas Armadas de Honduras por formar escuadrones de la muerte, como quedó comprobado en la vinculación de los detenidos con dicha institución.
“Demandamos ante todo que aparezcan los culpables intelectuales del crimen contra Berta. Quienes ordenaron su asesinato siguen en la impunidad y seguramente planeando más asesinatos contra las organizaciones sociales”, señaló el Copinh.
La organización calificó a DESA, como empresa asesina por intentar despojar al pueblo lenca de sus riquezas. Así también calificó al Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE), al Banco FMO, y al fondo Finnfund, quienes “invierten en la muerte de los pueblos indígenas”.
Pidió una comisión internacional de expertos para llevar a cabo las investigaciones y calificó de precarias las acusaciones contra los implicados del asesinato de Berta, por lo cual “todo se dirige a la impunidad”.
El Copinh ratificó su compromiso de continuar en la defensa de los bienes comunes como el agua, los ríos y la naturaleza. A un año de la siembra de Berta, “nos sigue enseñando que las ideas no se asesinan, que la dignidad no se compra ni se vende y que las batallas justas le dan sentido a la vida de los pueblos”.
En Honduras se registraron 101 asesinatos de ambientalistas entre 2010 y 2014. Berta Cáceres, al recibir el Premio Goldman en 2015, denunció “la destrucción basada en la depredación capitalista, racista y patriarcal”.
El 2 de marzo de 2016 un grupo de sicarios entró a la vivienda de Berta Cáceres y la asesinó, el único testigo fue el ambientalista mexicano Gustavo Castro Soto, coordinador de Otros Mundos Chiapas.
Foto: Copinh