Vecinos realizarán una misa homenaje el martes 5 de febrero
Redacción La Coperacha
Ciudad de México // 31 de enero de 2012
Luis Rodríguez Vázquez fue uno de los fundadores de la cooperativa Palo Alto. Esta semana en el Salón de Usos Múltiples de la paradigmática cooperativa de vivienda del poniente de la ciudad se están realizando las exequias para su descanso final.
Los vecinos lo recuerdan desde los 20 años cuando su padre llegó a rentar en los terrenos y viviendas alrededor de las minas de Palo Alto.
Junto con quien después fuera su pareja de la vida, doña Bertha Hernández, Luis y otros jóvenes participaban en actividades deportivas y reuniones organizadas por un grupo religioso.
Participó en el Movimiento de Trabajadores Cristianos junto con Rodolfo Escamilla y la madre Jose, de ahí surgió el grupo de jóvenes que organizaría a los colonos de Palo Alto. Su trabajo principal era convencer a la gente para organizarse como cooperativa.
Eran, recuerda doña Paula Hernández, en su mayoría personas que vivían sin servicios, en pobreza extrema, a los lados de lo que fuera la mina de Palo Alto, por ello Escamilla le encomendaba a Luis, “hay que organizarlos para que puedan vivir con dignidad”.
A Luis Rodríguez en el 72 le tocó organizar primero la Asociación de Colonos de Palo Alto, formada por los habitantes del km 14 al 15, con cerca de 600 socios. Con ese número de personas iba a nacer la cooperativa, pero los del 15 no dieron el paso.
Cuando se formó la cooperativa de vivienda, Luis se convirtió en uno de los primeros presidentes del Consejo de Administración, incluso fue uno de los representantes de Palo Alto que firmaron las escrituras comunitarias.
Con Luis en la presidencia de la cooperativa Palo Alto “nos volvimos bien grillos”, recuerda doña Paula. Los cooperativistas se vincularon al Frente Auténtico del Trabajo (FAT) e iniciaron un amplio esfuerzo de solidaridad con los movimientos de trabajadores y urbanos como los de Pascual, Conamup, Uprez, Uscovi y Spicer. También vinculó a Palo Alto con movimientos campesinos como la CNPA.
A la par de su trabajo al frente de la cooperativa Palo Alto, Luis había ingresado a las filas de la empresa de ropa High Life, donde pronto se convirtió en el secretario general del sindicato.
Desde ahí abriría las puertas para recibir a los movimientos sociales y realizar asambleas o reuniones, pero cuando la empresa le negó el uso de las instalaciones, Luis se apoyó en los vecinos de Palo Alto.
Fue representante de la cooperativa durante la caravana Zapatista y en encuentros internacionales sobre vivienda llevados a cabo en Turquía, Cuba y la ciudad de Barcelona en España, en los Juegos Mundiales del HIC (Habitat Internacional Condition).
Su último trabajo formal fue en la Comisión de Derechos Humanos del DF, donde a lo largo de 10 años ofreció sus servicios en mantenimiento.
Sus amigos y vecinos lo recuerdan como una persona “radical contra los medios de comunicación al servicio del poder”. “Apaga la tele y ponte a leer” les decía a sus hijos, recupera doña Paula.
Los vecinos realizarán una misa homenaje el martes 5 de febrero a don Luis Rodríguez Vázquez, conocido como un “radical contra la injusticia”, socio fundador de Palo Alto. Le sobreviven su esposa y tres hijas.
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