
El uso del glifosato va de la mano con las prácticas de siembra de maíces transgénicos.
Un tribunal de Georgia, EE.UU., aceptó que el herbicida Roundup y su componente principal, glifosato, fabricado por Bayer-Monsanto provocó cáncer en el ciudadano americano John Barnes, por lo que ordenó deberá pagarle dos mil millones de dólares.
El ciudadano americano, diagnosticado con linfoma no Hodgkin, un cáncer que afecta al sistema linfático, argumentó que la trasnacional no advirtió adecuadamente sobre los riesgos de cáncer vinculados al uso del herbicida.
El abogado de Barnes, Kyle Findley, señaló que Bayer-Monsanto conocía de estudios que vinculaban el herbicida al linfoma no Hodgkin, pero optó por minimizar y desmentir dichas evidencias.
Luego del veredicto, la trasnacional redujo 7.4% su valor en la Bolsa de Valores de Fráncfort. A la fecha, Bayer ha pagado 10 mil millones de dólares por demandas anteriores y aún tiene más de 66 mil juicios por resolver.
En 2015, la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer de la Organización Mundial de la Salud (OMS) realizó investigaciones que concluyeron que la sustancia glifosato es “probablemente carcinógena para los humanos”.
La compañía Monsanto introdujo el glifosato al mercado en 1974 y tuvo la patente hasta el 2000. En 2018 Bayer adquirió a Monsanto.
La Campaña Nacional Sin Maíz No Hay País ha reiterado la necesidad de evitar la siembra e importación de trasngénicos porque está directamente vinculado con el uso del glifosato. Además del maíz, dicho herbicida se usa en algodón y soya transgénicos.
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