Cuestionan que el banco más importante de semillas se ponga a disposición de empresas y fundaciones.
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Redacción La Coperacha
Ciudad de México // 16 de noviembre de 2017
Organizaciones dudan del convenio entre el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), Bimbo, y las agroempresas Cargill y Bunge.
En opinión de la maestra Adelita San Vicente, integrante de la organización Semillas de Vida, estos convenios dan buena cuenta de la posición del gobierno mexicano en torno al campo y su visión empresarial más que de soberanía alimentaria.
El pasado lunes, Grupo Bimbo firmó dos convenios con las gigantes agroindustriales Cargill y Bunge, para llevar a cabo dos proyectos de abastecimiento de maíz y trigo respectivamente, además de firmar un acuerdo de colaboración con el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT).
Al ser un centro de investigación internacional, el CIMMYT es financiado por instituciones y empresas internacionales, como las dirigidas por Bill Gates y Carlos Slim, dice la maestra, “también sabemos que Monsanto ha aportado a esta institución”.
Este vínculo preocupa mucho, señala Adelita, sobre todo porque desde la Revolución Verde del siglo pasado, el CIMMYT resguarda el maíz de Mesoamérica, y es considerado el banco más grande de semillas de maíz del mundo.
Por esta razón Semillas de Vida ha cuestionado que el programa MasAgro esté en el CIMMYT, por no ser ésta una institución nacional.
Adelita menciona que Bill Gates y su fundación han llevado germoplasma del centro a África, lo que representa una contradicción. Cuestiona que esta riqueza genética se ponga a disposición de empresas y fundaciones cuando es un patrimonio de la nación, que debería estar regulado y supervisado por instituciones públicas.
Para Adelita es preocupante que transnacionales mexicanas como Bimbo crean que por un premio, por una alianza con estas instituciones, (CIMMYT, Cargill y Bunge), realizan acciones filantrópicas positivas, cuando se sabe que los productos de la empresa panificadora son “de tan mala calidad y que realmente ha tenido tan poco compromiso con México y con nuestra soberanía alimentaria y con la alimentación”.
La maestra invita a estar muy atentos, porque una cosa es el trabajo que hacen las organizaciones de la sociedad civil, cuya obligación es ser muy claros y transparentes de lo que hacen, “pero cuando las empresas empiezan a vestirse de acciones filantrópicas, personalmente empiezo a dudar mucho, porque su objetivo como lo ha dicho Monsanto es ganar-ganar”.
