Presidente del CNA solicitó permiso de uso del plaguicida en un periodo de 5 años, mientras se investiga
Redacción La Coperacha
Ciudad de México // 16 de junio de 2020
En una mesa de trabajo virtual se reunió Víctor Manuel Toledo Manzur, titular de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), con Javier Trujillo, director del Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica), y Bosco de la Vega, presidente del Consejo Nacional Agropecuario (CNA) para discutir las posturas, propuestas y preocupaciones en torno al herbicida glifosato.
En el acercamiento, se aseguró que la Semarnat tomará en consideración las aportaciones del CNA, y que se le integrará al grupo de trabajo que realizará la hoja de ruta que se elabora conjuntamente con la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader), la cual prevé la aplicación del principio de gradualidad en el uso del glifosato a cuatro años para su eliminación y la evaluación de riesgo en el contexto mexicano.
En la mesa de trabajo resaltaron varias coincidencias, entre ellas la voluntad de trabajar juntos en la búsqueda de alternativas que sustituyan este plaguicida e incorporar las necesidades de los productores y propuestas del Consejo para tratar de llegar a acuerdos concretos.
De igual forma, se planteó intercambiar información sobre investigaciones, usos, impactos, experiencias, gestiones y demás aspectos del glifosato para sumarlo a lo expuesto en la “Estrategia Nacional para Evitar los Riesgos al Medio Ambiente por los Plaguicidas en México”, plan que surgió de un taller convocado por la Semarnat en marzo de este año.
El secretario Toledo Manzur mencionó que el glifosato sólo es un caso particular de “80 plaguicidas que en México pasaron de noche para su regulación por parte de las autoridades ambientales, de los cuales varios están prohibidos en el resto del mundo”, además de explicar que este tema es “una de las siete grandes transiciones” que impulsa la Semarnat, para la supresión total de plaguicidas.
Bosco de la Vega recalcó que “prohibir el glifosato sería un duro golpe para los productores de este país”, con un rendimiento promedio de 20 y 50 por ciento, dependiendo de la zona, por ello solicitó un periodo de cinco años para realizar las investigaciones y el desarrollo de sustitutos viables, y que durante este tiempo se permita la reanudación de la importación del glifosato para el uso agrícola en el país.
Asimismo, explicó que la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) reconoce el impacto de las malezas como un problema, “las pérdidas anuales, en países en desarrollo, se estima en 125 millones de toneladas de alimento, suficientes para alimentar a 250 millones de personas”.
También, señaló que el 50 por ciento del glifosato se utiliza en el sur sureste y que la prohibición de su uso sin alternativas implicaría dejar de producir más de 76 mil millones de pesos, con un impacto mayor en varios cultivos como el maíz, caña de azúcar, jitomate, frijol y trigo, entre otros.
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