Semarnat creará programa integral junto a Salud, Conacyt, gobiernos e industria para atender emergencia.
Redacción La Coperacha
Ciudad de México // 18 de diciembre de 2019
La Caravana Toxi Tour México, que visitó seis regiones del país con impactos ambientales y a la salud humana generados por la industria, concluyó con un encuentro con el secretario del Medio Ambiente, Víctor Toledo Manzur, quien se comprometió a atender la emergencia a través de un programa integral junto a la Secretaría de Salud, gobiernos e industrias.
Toledo Manzur retomó la definición de la caravana de “seis infiernos ambientales” y se propuso llevar las demandas ante el presidente Andrés Manuel López Obrador. Planteó integrarlas con evidencias científicas y vincular al Conacyt para generar esa información a través de investigaciones.
La caravana visitó entre el 2 y el 11 de diciembre, El Salto, Jalisco; Dolores Hidalgo, Guanajuato; Apaxco y Atitalaquia, Hidalgo, y el Estado de México; el río Atoyac, en Tlaxcala; Puebla y el Istmo Norte, así como Coatzacoalcos, Veracruz; calificadas como “las peores zonas de contaminación, explotación social y laboral del país”.
La Asamblea Nacional de Afectados Ambientales, participante del Toxi Tour, pidió al funcionario que las regiones sean declaradas “Zonas de Emergencia Ambiental” y que la denominación se extienda a otras zonas del país también contaminadas.
Toledo Manzur aclaró que en la legislación no existe la figura de Emergencia Ambiental pero sí la de Regeneración Ecológica. Mencionó que envió al Congreso un paquete de leyes para atender de manera eficiente estas emergencias.
Emergencia Ambiental
Los observadores internacionales, parlamentarios, activistas y académicos de Ecuador, España, Estados Unidos, Alemania, Bolivia, Francia, Argentina, Cataluña, el País Vasco e Irlanda que acompañaron la caravana señalaron que las industrias extranjeras que operan en México crearon infiernos ambientales y laborales.
Uno de los efectos del modelo económico y de los tratados de libre comercio como el de Norteamérica fue abrir las puertas a las industrias extranjeras sin considerar los impactos ambientales ni sociales, expuso Mercedes Páramo, ambientalista de Dolores Hidalgo, Guanajuato, por donde pasó el Toxi Tour.
Otras afectaciones, por las que se pidió declarar Zonas de Emergencia Ambiental, son las elevadas muertes asociadas a enfermedades generadas por dichas industrias. Entre ellas: cáncer de hígado, riñón, estómago y piel; insuficiencia renal, leucemia, abortos espontáneos, mutaciones genéticas, fluorosis dental y esquelética, deficiencia plaquetaria, e incluso casos de retraso mental infantil.
La activista destacó que estos decesos pueden definirse como genocidio. “Hay muertes directas, otras por enfermedades crónicas, otras por contaminación teratogénica (heredades por agentes químicos desde el vientre materno) y afectaciones congénitas”.
Los infiernos
Cuando la caravana llegó al Río Santiago, en El Salto, Jalisco, los observadores internacionales quedaron impactados por la contaminación, relata Páramo. Señalaron que era insoportables estar ahí. El río fue calificado por la ONU como “catástrofe ambiental”. De 2008 a 2014 registró 506 muertes y más de 1, 500 personas enfermas de cáncer e insuficiencia renal.
En Guanajuato, en cambio, existe una contaminación silenciosa pero con grandes afectaciones a las personas, describe Páramo. La sobre-explotación acuífera de la agroindustria ha derivado en el uso de aguas subterráneas contaminadas por minerales. A ella se le suma el impacto del corredor industrial del Bajío y del proyecto de minería a cielo abierto que usará un millón de metros cúbicos de agua anuales.
La jurista española María Eugenia Rodríguez Palop, describió su visita a Atotonilco de Tula, Hidalgo, como La Capital del Polvo. “Seis cementeras concentradas en unos pocos pueblos arededor de Apaxco (35 mil habitantes). Generan cemento contaminado y actúan como incineradoras, sin serlo. Queman a diario miles de toneladas de neumáticos de caucho”.
“Aquí la gente respira dioxinas y metales pesados cada segundo. El olor es insoportable y el polvo apenas te deja ver. El agua que entra en contacto con estas plantas se usa para riego y mata cosechas y animales”, expuso la jurista.
Además de las enfermedades respiratorias graves, afectaciones en la piel, problemas crónicos de salud y cáncer de colon, los trabajadores están desprotegidos, precarizados y explotados. “Algunas de estas cementeras son del gran magnate mexicano Carlos Slim. Otras son el producto de inversiones extranjeras fuera de control y de los tratados de libre comercio”, relató Rodríguez Palop.
Notas relacionadas: