El Túmin cumple 5 años y llega a 840 socios

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Miran hacia la articulación de monedas sociales en un mercado común.


Redacción La Coperacha
Ciudad de México // 13 de noviembre de 2015

El 15 de noviembre del 2010 surgió en El Espinal, Veracruz, la moneda social El Túmin (palabra que significa dinero en totonaco). A unas horas de su festejo de aniversario, esta moneda es usada por 840 socios en 14 estados de la república.

“En un principio no pensábamos que íbamos a llegar a esto”, dice Juan Castro Soto, impulsor de la moneda. Para él, llegar a los cinco años significa un gran reto, aunque desliza también la palabra “susto”.

No presumimos que el Túmin sea un proyecto perfecto, dice Juan, sino una moneda que se hace apenas como podemos. “Se espera mucho del Túmin, pero nosotros vamos a nuestro ritmo”, añade.

“Ahora tenemos que pensar en otras formas de organización de segundo nivel, algo más regional, más autónomo”, señala Juan Castro y hace referencia a las experiencias que ya se están viviendo en Chiapas y Oaxaca.

En el primer estado, con una red de 70 socios, ya están creando su propio Túmin. Han caminado un proceso de construir una moneda más autónomo, con su propio diseño y reglas de uso, describe.

En Oaxaca hay más de cien socios y también camina hacia convertirse en un Túmin regional, explica.

Juan plantea que algunas de las características necesarias para convertirse en monedas más descentralizadas (de El Espinal) son que existan por lo menos 50 socios, cierta organización, un diseño propio y un financiamiento para gastos de impresión que provenga de sociedad civil y no de gobierno.

Goles tumistas
Los principales logros de esta moneda social, que surgió en una comunidad indígena totonaca, son haber sido reconocidos y usados en dos municipios mexicanos: El Espinal, Veracruz; y Teotitlán, Oaxaca. En esos lugares ya se pagan con Túmin hasta los impuestos.

“No nos ven como un peligro, sino como algo benéfico”, dice Juan Castro. Además el hecho de ser reconocidos por instituciones del Estado se vuelven en contrapeso de otras instituciones que en su momento la emprendieron contra ellos.

El Banco de México y la PGR levantaron una denuncia por usurpación de funciones contra los tumistas, aunque “de ese asunto ya no nos han molestado, no sabemos si la denuncia siga o si el Banco de México va a refrendarla”, comenta Juan Castro.

Otros de los logros han sido la publicación del libro “Aquí se recibe Túmin”, llegar a la pantalla grande con el documental “Túmin. Economía Solidaria” y de la elaboración de varias tesis universitarias.

Y, aunque no lo digan los tumistas, El Espinal pasó de ser un pueblo perdido en los mapas, a ser reconocido y visitado por decenas de personas que querían conocer la moneda social.

Boom de monedas sociales
Actualmente el Túmin circula con libertad en Veracruz, Tabasco, Puebla, Chiapas, Oaxaca, Estado de México, Morelos, Michoacán, Jalisco, Hidalgo, Tamaulipas, Querétaro y Distrito Federal.

A la par de este amplio crecimiento del Túmin han surgido en el país una decena de monedas sociales en diferentes estados, como el Kuni, el Fausto o el Verdillete. Este boom de monedas comunitarias en México es bien visto por Juan Castro: “La diversidad nos da fuerza a todos. Cada que surge una moneda social las otras se fortalecen”.

Ahora mira hacia la articulación. “Debemos ir pensando en estos momentos en cómo articularnos en un mercado alternativo de monedas comunitarias”.

No todas las monedas sociales se hicieron para abrirse a todos los usuarios, el Túmin sí, dice Juan, por ello ahora piensa en la manera de generar una red de intercambios a partir de respetar a las diferentes monedas sociales del país.

Fotos: Túmin – región centro Veracruz

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