Cinco razones para partirle su mazorca transgénica a Monsanto

“El Carnaval del Maíz es un signo de esperanza”: padre Miguel Concha.


Redacción La Coperacha
Ciudad de México // 22 de mayo de 2014

En 2013 más de 2 millones de personas en todo el mundo salieron a marchar para decirle a Monsanto que no tolerarán ser envenenados por sus alimentos y pesticidas, y que no permitirán que se siga lucrando con la Tierra.

Este año 351 ciudades de 35 países organizan sendas marchas y México, que es el semillero mundial del maíz, no podía quedarse atrás.

El Carnaval del Maíz, la versión festiva de la Marcha Mundial contra Monsanto, tiene por lo menos 13 réplicas en ciudades como Aguascalientes, San Cristóbal de las Casas, Chihuahua, León, Tlapa, Zapopan, Morelia, Cholula, Querétaro y el DF.

A continuación te enumeramos 5 razones para partirle su mazorca transgénica a Monsanto:

1. Privatización del maíz
Monsanto ha patentado sus semillas transgénicas y cobra (basado en un supuesto derecho de propiedad intelectual) a los campesinos que la usan, y muchas veces sin saberlo.

“El hecho de que el maíz transgénico entre en México quiere decir que el maíz se vuelve propiedad de Monsanto y los campesinos mexicanos tienen que pagar regalías, en el caso del maíz en Estados Unidos es aproximadamente 350 dólares por hectárea de cultivo”, documentó la Dra. Vandana Shiva, Premio Nobel Alternativo (1993).

La dependencia económica hacia Monsanto viene acompañada de la pérdida de la soberanía alimentaria, ese famoso derecho de los pueblos de alimentarse nutritivamente y de acuerdo a su cultura.

En México recae en la posibilidad de usar libremente las semillas, así como los conocimientos de los campesinos y las técnicas usadas para su siembra que han subsistido por miles de años, ha dicho Vandana. Con Monsanto el uso libre de la semilla no existiría.

2. Dependencia social y política a los monopolios
En una carta dirigida a Enrique Peña Nieto, para advertirle de los riesgos de introducir maíz transgénico a México, el Dr. David Shubert, experto en biología celular, neurociencias, fisiología e inmunología, le dice que “una vez que las compañías transnacionales dominen el mercado de semillas de cualquier planta, seguirán introduciendo semillas Genéticamente Modificadas (GM) de otros cultivos y agrandarán su poder sobre los campesinos y sobre los procesos políticos”.

En Estados Unidos, sigue el Dr. Shubert, “las compañías semilleras son el principal apoyo financiero de ambos partidos políticos (republicanos y demócratas), y tienen personas designadas en cargos de alto poder para dictar políticas agrarias nacionales e internacionales”.

3. Pérdida del maíz criollo y la Biodiversidad
Considera el Dr. Shubert que de entrar la semillas GM “México dejará de ser centro de diversidad biológica y tesoro mundial de variedades de plantas capaces de combatir el cambio climático y las enfermedades vegetales del futuro”.

Además se perdería el maíz criollo y no habría vuelta a atrás, “pues las variedades nativas se contaminarán de manera irreversible por los transgenes”, agrega el Doctor.

4. Daños a la Salud
La proteína Bt (insertada al maíz a partir de la bacteria Bacillus thuringiensis), puede tener efectos tóxicos y respuestas desconocidas en el sistema inmunológico de las personas, ha señalado el científico.

“Aunque existan algunos estudios acerca de la seguridad del maíz GM como alimento en otros países, no se han analizado los efectos que puede tener para la salud la proteína Bt bajo los distintos métodos de procesamiento del grano empleados en México”, dice Shubert.

De usarse los transgénicos en México se incrementaría el uso de herbicidas, como el caso del glifosato, que tanto en Argentina como en Estados Unidos, ha perjudicado la salud humana.

5. Monsanto ni hace falta
Francia e Italia, por medio de fallos judiciales han impedido la siembra en su territorio; también Rusia, en voz de su primer ministro, ha dicho que tiene suficiente espacio y oportunidades para producir orgánicos y no importará transgénicos.

El maíz no es un cultivo amenazado severamente por una plaga por lo que no se requiere la introducción de semillas genéticamente modificadas, ha explicado la Dra. Elena Álvarez Buylla, investigadora de la UNAM.

El Carnaval del Maíz
El carnaval, esa fiesta que se desarrolla en diversas comunidades del país, ha sido el símbolo de las manifestaciones mexicanas contra Monsanto. El Carnaval del Maíz ha sido calificado por el defensor de Derechos Humanos Miguel Concha como “un signo de esperanza”.

Y razones para festejar podrían señalarse varias: la Demanda Colectiva, como herramienta jurídica, que ha detenido la siembra de maíz transgénico en México; el amaranto, que ha demostrado que ataca las siembras transgénicas; los amparos ganados por los productores mayas para evitar la siembra de soya transgénica en sus comunidades; la inclusión de figuras públicas como el pintor Francisco Toledo en la lucha contra Monsanto; y la expulsión de Monsanto de países como Austria, Bulgaria, Alemania, Perú, Rusia, Francia, Suiza y muchos otros.

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