Desde la comunalidad

Jaime Martínez Luna

Guelatao de Juárez, Oaxaca // 6 de mayo de 2019

Suena verdaderamente ridículo, el que a la fecha se siga solicitando mayores recursos para la “investigación científica” sin hacer una minúscula reflexión de a quién beneficia esa “ciencia y tecnología” por la que marchan en muchas ciudades del mundo.

Es verdaderamente lamentable que no se observe críticamente la labor y el uso de un “conocimiento científico”. Toda investigación que se realiza en la actualidad, tiene como objetivo el descubrir el funcionamiento de la naturaleza, y su aplicación dentro de la lógica de mercado. Todos ven a la naturaleza separada de la “naturaleza” humana. Es decir, se investiga para manejar y controlar al universo. Nunca se piensa que se es parte de él.

Se critica la contaminación pero no se detiene esa contaminación, por lo contrario se busca cómo conducir la contaminación. Prueba de ello, es que el extractivismo, no se detiene, aún en los países más “democráticos”. Es triste y lamentable, que la conciencia humana, no se dé  cuenta que el error radica precisamente en creer que el planeta es nuestro, no que nosotros le pertenecemos a él. Mientras no descubramos que respiramos su oxígeno, que dependemos de su agua y sus productos, entenderemos que la ciencia no radica en conocer la naturaleza y manejarla, sino cómo podemos compartir este universo, sabiéndonos parte de su movimiento natural.

El celular nos da información de cómo se mueve y se explica el universo, y de cómo lo podemos transformar en nuestro beneficio. Ha llegado el momento de que el celular nos oriente a pensar en el beneficio del planeta, demostrándonos y conociendo, cómo y porqué somos y dependemos de su existencia.

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