El Encanto, condón que sostiene la atención médica comunitaria

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En la condonería “El encanto del condón” en avenida de los Maestros 29-B, por el metro Nornal, en la CDMX

Se producen 2 millones al año, financió la salud de 25 mil personas.

La Brigada Callejera de Apoyo a la Mujer “Elisa Martínez” es una asociación que promueve la salud y los derechos de las trabajadoras sexuales. Sostiene dos clínicas comunitarias con la venta de su condón Encanto. El preservativo se comercializa en dos pesos con 50 centavos y la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) lo califica con 97 puntos de 100.

Rosa Icela Madrid Romero, integrante de Brigada Callejera, indicó que Encanto ha hecho posible la atención médica y la aplicación de pruebas de VIH a las trabajadoras sexuales, así como campañas de salud foránea en poblados donde no hay médicos.

Desde hace 28 años producen el condón que sostiene las clínicas ubicadas en la Merced, CDMX, y en Tapachula, Chiapas. El año pasado dieron servicio a más de 25 mil personas entre ambos centros.  

Semilla de latex
Rosa Icela Madrid rememoró que la Brigada Callejera promovía el uso del condón entre las trabajadoras sexuales y la demanda de preservativos era donado por el Centro Nacional para la Prevención y Control del VIH y el sida (Censida).  

La situación cambió cuando las trabajadoras sexuales denunciaron maltrato por parte de Censida y “nos quitaron el abasto de condones”. Fue cuando ellas impulsaron la idea de tener una marca propia. En 1993 acordaron el nombre de Encanto para su condón. “A quien no se le conquista con encanto”.

Los primeros encantos
Fue en 1995 cuando sacaron el primer lote de encantos en una campaña de salud sexual que se acompañó de lemas como “cuando le pones… encanto responde” y “el placer es mío y la seguridad también”.  

La activista dijo que el capital semilla se reunió con aportación de la Brigada y con una contribución simbólica del Instituto Nacional de Desarrollo Social, lo que permitió maquilar un lote pequeño en la empresa mexicana Profilatex.

Este primer lote se distribuyó en la Iglesia de la Soledad, en la Merced, con la bendición del padre Tello, quien lo recomendó aunque “no tan abiertamente”, recordó entre risas Madrid Romero. El padre les decía que ambas partes estábamos por la vida y si eso sirve para que no se enferme la gente, “pues hagámoslo”.

Barato, barato…
La Organización Mundial de la Salud recomendó que un condón debería de costar lo mismo que un chicle y Encanto cubrió esa expectativa: cada preservativo costaba un peso. Antes de la pandemia llegaron a producir de tres a cuatro millones de condones al año, actualmente rondan los dos millones.

Rosa Icela, también representante de las condonerías El encanto del condón, comentó que la venta del preservativo ha permitido mantener las clínicas de salud “para atención de compañeras trabajadoras sexuales por el maltrato que les daban en otros espacios”.

Es un lugar de calidad y calidez para que las trabajadoras se sientan seguras, mencionó la defensora de derechos humanos. Las clínicas son autogestionadas y atienden a la población en general.

Palomita al Encanto
Relató Rosa Icela que hace varios años una persona “mal intencionada” llevó a la Profeco el Encanto porque estaban muy baratos y le pensaba que eran de mala calidad. La Procuraduría lo sometió a las pruebas y resultó muy bien calificado.

“Todos los condoneros se enojaron” porque la Profeco colocó los precios de los condones en el estudio y el Encanto resultaba más económico. “Eso fue una publicidad grandísima”. A partir de eso, tuvieron mucho más demanda entre las trabajadoras sexuales y los hoteleros.

Otra ventaja de Encanto es que tiene al consumidor directo. “Siempre estamos monitoreando la calidad sin que nos cueste hacer un estudio de mercado por los comentarios que nos pasan los clientes”.

Persecución a las condonerías
La activista Rosa Icela Madrid afirmó que hay una persecución al proyecto de las condonerías porque las autoridades las catalogan como farmacias por vender condones. “No somos una farmacia”, enfatizó, “hay un espacio mínimo para la venta de preservativos”, tienen libros de educación sexual y juguetes sexuales.

Estos casi 21 años con las condonerías “han sido satisfactorios porque nos permiten llegar a mucho público”, añadió la activista. Este 13 de febrero, Día Mundial del Condón, la Brigada tendrá mesas informativas sobre el uso del preservativo en las calles de Tapachula, y en la colonia Merced, de la CDMX.

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