Con calendas, música y comida, recuerdan al exlíder ferrocarrilero.
En el Istmo de Tehuantepec, Oaxaca, se realizaron diversos homenajes para el exlíder ferrocarrilero Demetrio Vallejo. Éstos iniciaron el domingo 5 de noviembre en su natal El Espinal y concluyeron el jueves 9 en Matías Romero.
Justo de esa ciudad ferrocarrilera, Juan Correa, integrante de la Organización Social de Ferrocarrileros Demetrio Vallejo Martínez, Vive, destacó que la fiesta fue muy emotiva, con oradores, orquesta con marimba y tlayudas, para recordar a Vallejo y otras efemérides como el Día Nacional del Ferrocarrilero y la fundación de Matías Romero.
En estos festejos participaron ferrocarrileros jubilados, cooperativistas de Pascual, integrantes de las empresas filiales Grupo Valbo y Grupo Acolman, la Agrupación Juvenil Demetrio Vallejo y autoridades municipales.
El 5 de noviembre en El Espinal, Oaxaca, cuna del exlíder ferrocarrilero, hubo una ceremonia en la Escuela Secundaria Demetrio Vallejo. Después se realizó una calenda que alcanzó tres cuadras de largo, con farolas y velas, papeles de colores y toritos de pólvora.
El 7 de noviembre, en Matías Romero, se festejaron de forma conjunta el aniversario 113 del natalicio de Demetrio Vallejo y el Día Nacional del Ferrocarrilero, en recuerdo al maquinista Juan García Corona, quien en un lance salvó la vida de los habitantes de Nacozari, Sonora, al manejar un tren cargado con pólvora y alejarlo de la localidad.
También fue motivo de festejo el aniversario 117 de la fundación de Matías Romero ocurrida el 8 de noviembre de 1906. La oradora principal fue la alcaldesa morenista, Obdulia García López. Los mensajes sobre Vallejo recordaron su paso en el sindicato ferrocarrilero, en la cárcel de Lecumberri su salida e impulso a la cooperativa Pascual.
El ferrocarrilero jubilado recordó un episodio de 1970, cuando luego de su liberación Vallejo asistió a Matías Romero para reunirse con sus ex compañeros en el parque central. Al enterarse la gente salió a recibirlo.
“Los trabajadores de los talleres abandonaron sus puestos y se vinieron al parque, los jefes les gritaban: ‘Te voy a tumbar el día’, y ellos contestaban: ‘Túmbame la quincena, pero yo no dejo de ver a mi amigo Vallejo”.
Juan Correa señala que en toda la zona del Istmo hay alrededor de 2 mil 400 familias de ferrocarrileros. Tan sólo en Matías Romero hay unas 1, 200 familias. Muchas de ellas organizadas y en lucha por una jubilación justa, pues tras la privatización de Ferrocarriles Nacionales de México en el sexenio de Ernesto Zedillo, fueron despedidos con jubilaciones precarias.
“Esto que nos pasó, la privatización y el despido, no hubiera pasado, si Demetrio viviera”, concluye.
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