Ambiente hostil y división social con grupos ajenos a las comunidades propiciado por autoridades.
Fotos: Misión de Observación
Redacción La Coperacha
Ciudad de México // 18 de julio de 2017
La Misión de Observación de la Consulta Indígena Maya reprobó la actuación de las autoridades responsables de la misma: la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa), la Comisión Intersecretarial de Bioseguridad de los Organismos Genéticamente Modificados (Cibiogem) y la Comisión Nacional de Desarrollo para los Pueblos Indígenas (CDI).
En el informe elaborado por la misión, integrada por organizaciones sociales, sobre la segunda sesión de la fase de “Acuerdos Previos”, llevada a a cabo en los municipios de Hopelchén y Tenabo los días 30 de junio y 1 de julio, se detectaron graves irregularidades que generaron desconfianza, división social y un ambiente hostil entre las comunidades.
La misión hizo un llamado “urgente” a las autoridades a conducirse con apego a los principios de buena fe, consulta libre e informada y cultural adecuada, establecidos por la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) y los instrumentos internacionales.
Tensión y violencia verbal
Las organizaciones integrantes de la misión han seguido el proceso de consulta y elaborado recomendaciones para las autoridades a partir de lo atestiguado con observación directa y documentado con grabaciones de video y entrevistas a representantes de las comunidades mayas participantes del proceso.
Señalaron que en Hopelchén la sede del encuentro estaba ocupada por unas cien personas simpatizantes con la siembra de soya transgénica, lo que impidió el acceso a representantes de las comunidades que debían ser consultadas, “violentando así su derecho a la consulta”.
Ante ello las autoridades realizaron dos reuniones en espacios paralelos, lo que generó un ambiente de desconfianza, tensión, hostilidad y división social, “propiciado y avalado por las autoridades de Sagarpa y Cibiogem, quienes incluso permitieron intimidación y violencia verbal en contra del grupo mayoritario de comunidades presentes”.
En la sesión ocupada por simpatizantes a la soya genéticamente modificada, en su mayoría ajenos a las comunidades, “se presionó a las autoridades a firmar un acta que permitiera la siembra de soya de manera inmediata”, incluso se expuso que había agricultores que ya sembraban soya trasngénica en la comunidad de Vicente Guerrero Iturbide, lo que representaría un acto ilegal en contra d ella suspensión resuelta por la SCJN.
En tanto, en la segunda sala, la misión reportó “un diálogo respetuoso” pese a la falta de confianza ante lo ocurrido en la otra sala. “Los representantes mayas reiteraron su disposición al diálogo”, señaló la misión. Acordaron continuar la fase de acuerdos previos hasta el 15 de octubre.
Por otra parte en Tenabo no hubo sesión, reportó la Misión de Observación, pues ante los hechos de la sesión de Hopelchén, sólo se leyó una carta donde las comunidades señalaban que recibirían únicamente el programa de trabajo de la consulta indígena para analizarlo y continuarían con la fase de acuerdos previos programada para octubre.
Presión de Monsanto
La misión reportó como preocupante que “algunos participantes se transportaron en camionetas de empresas distribuidoras de semillas y herbicidas ligadas a Monsanto”, con lo que se violentaba el principio de buen fe y consulta libre.
“Esta empresa tiene un claro interés económico en presionar la aprobación del proyecto y por tanto debe mantenerse completamente alejada del proceso de consulta”, afirmaron las organizaciones observadoras, quienes calificaron de “inaceptable” el rol mostrado por la trasnacional.