Nuevo reciclaje europeo: “quien contamina paga”

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En Alemania los envases ya no se tiran en el suelo, ahora son intercambiados por dinero en efectivo, lo cual mejora la recuperación de materiales que antes contaminaban y hoy desaparecen de las calles o espacios públicos.


Redacción La Coperacha
Ciudad de México // 25 de febrero de 2014

Desde que fue producido por los científicos británicos Whinfield y Dickson en 1941, el PET (tereftalato de polietileno) es uno de los diversos plásticos usados para producir envases debido a su durabilidad, misma ventaja que han generado problemas de contaminación, debido a su acumulación y el tiempo de degradación que es de hasta 100 años.

Ante esta complicada situación países como Alemania y algunas zonas de Estados Unidos, recuperan grandes cantidades de material reciclable a través de un proceso de recolección denominado sistema de depósito, devolución y retorno de envases (SDDR).

Desarrollado en Alemania el SDDR fue implantado desde el 2003, lo que ha permitido al país teutón alcanzar tasas de recuperación de envases de un 98,5%.

Este moderno sistema europeo de reciclaje se basa en asociar un pequeño depósito a cada envase para asegurar su recuperación, cuando el consumidor compra bebidas paga al comercio el valor oficial de esta, pero además deja un importe de 20 centavos de euro, 4.5 pesos mexicanos aproximadamente, por cada envase, los cuales son devueltos cuando se regresan las botellas vacías. Cuando un consumidor no regresa el envase no recupera el depósito, así se cumple el principio europeo de “quien contamina paga”.

La siguiente parte es un proceso interno, donde participan los comercios, empresas de recicladores, envasadores y una entidad que gestiona el producto recuperado.

El comercio entrega los envases a la entidad que se encargará de gestionar el manejo de los materiales, ésta entrega al comercio 20 centavos de euro por plástico retornado, más una compensación extra por la gestión de cada botella.

La entidad que gestiona el sistema, vende los envases no retornables a los recicladores, ellos a su vez procesan las botellas y las venden a los fabricantes de envases o de otros productos, el fabricante de botellas comercializa éstos al embotellador.

El embotellador vende la bebida al comercio y le cobra el precio del producto más un depósito de 20 centavos de euro por unidad, y se reinicia el ciclo.

Lo que antes se consideraba basura, ahora es dinero.

Maria Elander, de Deutsche Umwelthilfe, la ONG que impulsó la instauración de este sistema de depósitos en Alemania, menciona que “no sólo reciclamos más, también lo hacemos con mayor calidad”, asegura la alemana.

Es tal el éxito de esta iniciativa que tiempo después de su implementación, en Alemania los envases tirados en el suelo desaparecieron de las calles o espacios públicos.

La tecnología es un atractivo aparte, ya que se han desarrollado máquinas que se tragan los envases para clasificarlos, mientras devuelven al cliente un ticket que intercambia en caja por dinero, así recupera por cada envase devuelto 0.20 euros.

En España, la asociación Retorna quiere implantar el SDDR en todo el país. Por lo que de momento han realizado una prueba piloto en el municipio de Cadaqués (Girona) que ha resultado todo un éxito.

Ante esto la población local y el ayuntamiento se plantean implantar el sistema de forma definitiva. Además, recomienda a los alcaldes del resto del país que lo implanten en sus municipios.

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