“Nuevo decreto es un pasito, pero se necesitan cambios radicales para la soberanía alimentaria”: Semillas de Vida.
Organizaciones como Greenpeace México y el Centro para la Diversidad Biológica rechazaron la “intervención de los Estados Unidos en la decisión de México de eliminar gradualmente el glifosato y el maíz transgénico”.
Por su parte, la Campaña Sin Maíz No Hay País, donde participan decenas de organizaciones campesinas, de la academia, activistas y ambientalistas, se pronunció porque la ciudadanía participe activamente para lograr leyes y políticas públicas encaminadas a lograr un cambio profundo en el modelo de producción agrícola y la soberanía alimentaria.
Nuevo decreto
Esta semana el gobierno federal publicó un nuevo decreto en materia de maíz transgénico y glifosato que deroga al del 30 de diciembre de 2020 que, entre otras cosas, mantiene la restricción al propio gobierno de adquirir maíz transgénico, recorre la fecha para dejar de importar glifosato de enero a marzo de 2024, mantiene la prohibición de liberar maíz genéticamente modificado y prohíbe usar maíz transgénico para alimentación humana en el sector de la masa y la tortilla.
El decreto además, precisa el uso del maíz en tres rubros: el maíz para la alimentación humana, el maíz genéticamente modificado de uso industrial para la alimentación humana y el maíz genéticamente modificado para alimentación animal.
El decreto se publica en medio de la exigencia del gobierno y la agroindustra de EU, para que México presentara evidencias científicas que fundamenten la prohibición de maíz transgénico y la amenaza de llevar el tema a un pánel de controversias del T-MEC.
En ese contexto, Viridiana Lázaro, campañista de alimentos y agricultura de Greenpeace, señaló a La Coperacha que “vemos que este decreto, en parte se da en respuesta a las presiones de Estados Unidos”. Agregó que el tema de la evidencia científica está rebasado, toda vez que hay un repositario de investigaciones con miles de estudio sobre eso.
La especialista añadió que “además existe el Principio Precautorio, el cual dice que si existe algún indicio que puedan ocasionar efecto perjudicial para el medio ambiente y la salud, se debe considerar dicho principio y no tomar ese riesgo”.
Vergonzoso imperialismo
Por su parte, Lori And Burd, directora de salud ambiental del Centro por la Diversidad Biológica, calificó de vergonzoso el esfuerzo de Estados Unidos para obligar México a aceptar maíz transgénico, “no es más que imperialismo del siglo XXI”. La especialista agregó que el gobierno de EU trabaja para aumentar las ganancias multimillonarios de corporaciones de agronegocios.
En tanto, la directora de Semillas de Vida, Malin Jönsson, destacó que en el contexto actual donde México importa casi 17 millones de toneladas de maíz transgénico y esto representa una tercera parte de lo que consumimos, “decir (en el decreto) que vamos a sustituir la importación de maíces transgénicos por maíces que no sean transgénicos, es un pasito adelante, porque un modelo agroindustrial con tantas décadas no se puede cambiar de un día al otro”.
Cambios radicales
La especialista abundó que “necesitamos acciones concretas para dejar de importar maíz transgénico”. Destacó que el decreto hace mención a la trazabilidad y los estudios que se deben realizar, porque así se podrá saber la ruta del maíz transgénico importado, así como saber qué tipo de productos consumimos con esos maíces, como lo son los que contienen jarabes de alta fructuosa, almidones y los industrializados que han provocado obesidad e hipertensión.
Jönsson apuntó que “se necesitan cambios radicales para ser totalmente autosuficientes, un cambio en todo el sistema alimentario, desde la semilla hasta el consumo”.
En el mismo sentido, Viridiana Lázaro, de Greenpeace, añadió que se deben reforzar políticas públicas para llegar a la transición ecológica, “libre de plaguicidas altamente peligrosos, que no violente los derechos humanos de productores, que proteja la salud de productores y consumidores, enfrentar problemáticas de pérdida de biodiversidad y del cambio climático”.
Ambas especialistas coincidieron que es importante colocar un etiquetado en los productos que se consiguen en los supermercados, sellos que alerten a la población, “después del paso del etiquetado de exceso de grasa, ahora se debe hacer para evitar el consumo de los maíces transgénicos”.
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