Organizaciones sociales cuestionan su trabajo por desplazar biodiversidad y daños ambientales.
Redacción La Coperacha
Ciudad de México // 19 de junio de 2014
El día de ayer se anunció la entrega del Premio Mundial de la Alimentación 2014 al científico nacionalizado mexicano Sanjaya Rajaram, un premio que ha sido denominado también “Premio Nobel de la Alimentación y la Agricultura”.
Inmediatamente en su cuenta de twitter el presidente Enrique Peña Nieto envió una felicitación al Dr. Rajaram, de origen hindú, quien ha trabajado en nuestro país por más de 30 años en el Centro Internacional de Mejoramiento del Maíz y Trigo (CIMMYT).
Kenneth Quinn, presidente del Premio Mundial de Alimentación, calificó a Rajaram como “el más grande científico sobre trigo en el mundo”.
El mismo CIMMYT lo felicitó y publicó parte de su trayectoria señalando sus logros en el mejoramiento del trigo y la liberación de variedades de trigo duro en 51 países. Sin embargo organizaciones sociales que defienden la soberanía alimentaria y las semillas nativas, como Semillas de Vida y la Unión de Científicos Comprometidos con la Sociedad (UCCS), han reaccionado de manera diferente.
El Dr. Antonio Turrent de la UCCS, quien hace varios años trabajó junto a Sanjaya Rajaram en el CIMMYT, señala que el reconocimiento es merecido, su trabajo ayudó al aumento en la producción alimentaria “eso es excelente y muy bienvenido”, pero “hizo pagar a la humanidad un costo en biodiversidad”, sentenció.
El trabajo de Rajaram que comenzó en los 70 junto a la “revolución verde” significó un desplazamiento en la biodiversidad de semillas oleaginosas y leguminosas, explica el Dr. Turrent.
El hecho de desplazar la biodiversidad de semillas “hace al mundo más vulnerable a los cambios que estamos viviendo como las heladas o las temperaturas elevadas”, describe.
“La agrobiodiversidad es un seguro que tiene la humanidad contra esos cambios que ya están llegando, la tolerancia está en las razas nativas, en el caso de México en el maíz”, añade.
Por su parte Adelita San Vicente, integrante de la organización Semillas de Vida y representante de la demanda colectiva contra el maíz transgénico en México, cuestiona la entrega del Premio Mundial de la Alimentación:
“Es un reconocimiento a un modelo de producción agrícola industrial con un costo ambiental muy alto. ¿Por qué no está premiando a un campesino, a una persona como Vandana Shiva que está protegiendo a las variedades nativas?”.
El Premio Mundial de la Alimentación ya había sido entregado en el año 2000 a una mexicana, aquella ocasión se trató de la Dra. Evangelina Villegas por sus trabajos de investigación para desarrollar proteína de maíz de alta calidad.
En 2013 dicho reconocimiento fue muy cuestionado pues se entregó al vicepresidente de Monsanto, Dr. Robert T. Fraley; a la Dra. Mary-Dell Chilto, primera mujer que produjo plantas transgénicas y colaboradora de los laboratorios Syngenta; y al Dr. Marc Van Montagu, experto en biología molecular y creador de plantas modificadas genéticamente.
La presea al Dr. Rajaram, será entregada el 15 de octubre en Des Moines, Iowa, junto a un premio de 250 mil dólares.