“Producimos con una lógica de autoconsumo, no comeríamos algo que nos generara un daño”.
Redacción La Coperacha
Ciudad de México // 15 de octubre de 2020
La cooperativa La Pixca Campesina y su marca La Ordeña, ofrecen quesos que sí son quesos, libres de conservadores y de procesos industriales. Sus vacas, un hato de 30 jerseys, cada una con nombre propio, pastan libres y sin estrés, en un tramo delimitado del Ajusco, en la Ciudad de México.
Ante la aplicación de la nueva Ley de Infraestructura de la Calidad por parte de la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) y la Secretaría de Economía, la producción de la cooperativa ajusqueña surge como una alternativa libre de engaños.
El 13 de octubre ambas autoridades ordenaron retirar del mercado productos denominados quesos de 19 marcas, así como denominados yogures naturales de dos marcas, y “evitar el engaño a los consumidores”.
La simulación quesera
Las socias de La Pixca dicen que esta labor del gobierno es algo que ocurre en todos los países para cuidar a los consumidores. En nuestro país vivimos en una sociedad de la simulación y ya se sabía que esos quesos no eran quesos, señalan.
Las principales irregularidades detectadas por la Profeco fueron usar la leyenda “100% leche”, sin serlo; adicionar grasa vegetal para sustituir la leche que deberían contener en su elaboración, proporcionar menor gramaje al declarado en la etiqueta y no informar en la superficie principal de exhibición el porcentaje de uso de caseinatos para la elaboración de queso.
La Pixca se dedica a la producción orgánica de leche y derivados como manchegos, provolones, panelas, quesillo, goudas, yogures y requesones; así como a la agricultura de hortalizas y papas libres de pesticidas y químicos. “No necesitamos más que leche para hacer quesos”, afirman.
Para Luci y Sofi, responsables de la elaboración de los lácteos, lo que ocurre con las grandes marcas es que su elaboración obedece a una lógica de producción masiva, donde lo que interesa es la ganancia y no la salud ni la alimentación.
El uso de caseinatos, una proteína de la leche, ocurre para aumentar el volumen de producción, explican. Muchos de los elementos que se usan con esa lógica industrial se pueden extraer de cosas que no son leche, como los aceites vegetales, sostienen.
Producción con lógica de autoconsumo
Para la Pixca, la ética en su producción y la confianza con los consumidores, quienes pueden conocer sus procesos a través de visitas guiadas, son la garantía de sus productos. “Producimos con una lógica de autoconsumo, no comeríamos algo que nos generara un daño”.
Además, la cooperativa produce con una visión integral, de producción y recuperación de suelos. Sus vacas pastan libres pero no depredan el bosque, sus áreas de pastoreo descansan rotativamente para ser regeneradas por fertilizantes orgánicos que produce la cooperativa.
Se alimentan con forrajes, gramíneas y leguminosas libres de hormonas, con el estiércol se elaboran diversos tipos de abonos orgánicos; principalmente bocashi. La ordeña es de una en una, con máquina ordeñadora, sin sujetar a la vaca para evitar el estrés.
Una parte de la leche es pasteurizada y se vende directamente. Otra parte es transformada en una gama de quesos, jocoque y yogures. Sus productos se encuentran en la Cafetería 30-30, y en la tienda gourmet Mexican Vanilla Plantation, ambas en Coyoacán. Desde el inicio de la pandemia los pedidos vía Facebook/La Ordeña, o al WatsApp 5525333535, también llegan a domicilio.
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