Desde la Comunalidad

Jaime Martínez Luna

Guelatao de Juárez, Oaxaca

Suena a oxímoron el concepto de Cabildo Comunal, pues un cabildo es una estructura de poder que colonialmente se impuso a México y a América Latina, y lo comunal, es el ejercicio de resistencia directa de cualquier población, ante toda imposición colonial.

Este enfrentamiento se ha convertido a lo largo de cinco siglos en la profundidad de la identidad nacional. Un enfrentamiento en que la resistencia, aunque decae, no desaparece y avanza en determinados momentos. Esta contradicción permanece, pero se sigue habitando la construcción de nuevos caminos dentro de esta contradicción de actuares, de saberes.

Hoy en Guelatao, corazón de la Sierra Norte de Oaxaca, hubo cambio de mando obediente de una Asamblea General, que a lo largo de siglos ha sido la máxima autoridad de toda comunidad.

Comentar esta renovación, pareciera ser rutinaria por ser un hecho que se realiza cada año y medio. Sin embargo, no lo es, en la medida de que este oxímoron de Cabildo Comunal, enfrenta un nuevo reto. Si el reto de que, en un plano de mentalidad economicista, la Comunidad de Guelatao tiene la tarea de administrar y distribuir un Capital extraordinario dotado por el Gobierno Federal, a una comunidad con una larga experiencia de servicio y de reciprocidad comunal.

El Estado mexicano liberal por excelencia, ha reconocido el esfuerzo conjunto a través de la categoría Cooperativa. Es decir, la mentalidad individualista, que tiene como mayor logro reconocer la labor colectiva que es la cooperativa.

Como tal lo comunal aún ni se comprende y mucho menos se reconoce. En Guelatao para fortalecer su economía, hubo que organizar tres cooperativas: la de producción, la de consumo y la de ahorro. Lo comunal tiene a la cooperación como uno de sus tantas practicas comunales de realización.

Esto va a cambiar de alguna manera, el comportamiento Comunal acostumbrado. Y decimos de alguna manera, porque su contribución al proceso, es que no existirá una Asamblea de Socios (individuos), en cada cooperativa, sino será la Asamblea General de Ciudadanos, la máxima autoridad del manejo de este capital Cooperativo-comunal.

Es decir, la contradicción individuo-comunero, permanece, pero jurídicamente tiene el reto de replantarse si se comprende que la substancia comunal no desaparece ni se quiere desaparecer.

La Asamblea General es un elemento substancial de la Comunalidad, la Cooperativa es una, legalizada por la Constitución Federal. Ambas se integran para intentar desaparecer esta honda contradicción.

No creo que suceda, pues dentro de una dinámica Comunal, las cooperativas serán comisiones especializadas en actividades que responden a un razonamiento netamente economicista y liberal.

Sin embargo, es otro intento de integración de dos razonamientos encontrados. Un paso más en un Proceso orientado a que la Constitución Federal (algún día) reconozca el razonamiento Comunal.

Imagen: Daniel Godínez (Ciudad de México, 1985). Tequiografías/Sistema de cargos

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