Todo nace y todo muere.

Desde la Comunalidad

Jaime Martínez Luna

Guelatao de Juárez, Oaxaca

La existencia del Estado, que quiso darse una identidad nacional, ha llegado a su fin, o por lo menos su forma es un laberinto sin salida.

Paso que da en la búsqueda de soluciones a problemas que engendra su propia lógica de vida, en lugar de resolverlos, los agiganta.

Buscar en ésta liberal forma de pensar, su transformación dentro de sus mismos principios y marcos jurídicos implica adentrarnos más en su laberinto.

En otras palabras, la imposición civilizatoria de la invasión europea, ya no tiene respuestas al laberinto económico, político, y cultural en el que estamos encerrados.

Lo peor es que el diseño, actualmente liberal, siembra raíces hace muchos milenios. La competencia por el poder del planeta se observa desde antes de Gengis Kan.

Lo que vemos, son simplemente cambios de herramientas para mantener poder y control, que hasta Rubén Blades confirma en sus canciones.

Refundar, quizás primero implica preguntarse si la noción de Republica es aceptable. Es decir, lo primero que necesitamos es un nuevo lenguaje. Sí, porque los conceptos se derivan de una visión específica, de la interpretación que le damos al mundo.

Naturalmente organizamos el vivir, por lo mismo el otro horizonte Civilizatorio existe, pero debemos reconocerlo.

La solución no son mejores salarios o mejores condiciones de vida, sino nuestra natural participación, lo cual puede negar el concepto de Estado, Nación, República. Puede pensarse en red, en tejido, es comunomía, en muchas experiencias de distinto talante, que, a pesar de reproducirse asimétricamente, han logrado a través de milenios mantener su substancia existencial.

A nuestro lado permanece otra visión, que, si bien no sabe de Universidades o Colegios, ahí están vivitos y coleando.

Una refundación necesita otra visión, que no utilice solamente los sentidos, sino se base en la definición de su razón de ser integral.

¿Cuál es esa? Exactamente no es la Científica, sino la Natural, una lógica que ha despreciado la ciencia, pero que de manera natural nos muestra la existencia fuera del Poder, la propiedad y el mercado.

Reconocer ésta otra Civilización, que sobrevive a nuestro lado, significa dejar de luchar dentro del razonamiento hegemónico.

Es dejar de preguntar al otro, lo que se debe hacer, sino hacer y participar desde lo que ya sabemos no se elimina con otro discurso, sino con una suma de acciones colectivas o comunales en todas las dimensiones de la existencia. Al Capital no se le confronta generando más capital sino en la búsqueda de acciones que trasciendan el Capital. Y eso está cerca, basta sólo verlo con nuestros ojos, no con los lentes que nos han impuesto.

Imagen: Demián Flores (Juchitán, Oaxaca 1971). Eterno retorno. Óleo sobre lino. 2007

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Es necesario fortalecer nuestra civilización natural

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