La política forestal debe reconocer que el enfoque extractivista no es el único: Francisco Chapela

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Foto: Estudios Rurales y Asesoría

Con décadas de experiencia en asesoría técnica forestal, Francisco Chapela, miembro de la asociación Estudios Rurales y Asesoría (ERA) y coordinador del proyecto Bosques para el Buen Vivir, hace un recorrido de la política forestal en relación con las comunidades.

Desde el fulgor de los exitosos proyectos comunales forestales en los ochenta y noventa, hasta su descenso, e incluso en la propia coyuntura de la 4ta. Transformación. En esta entrevista señala acentos, retos y desafíos del sector forestal agroecológico en México.

Bosques del Buen Vivir
Somos una docena de organizaciones que firmamos una carta de interés con la Semarnat para lograr poner los bosques al servicio de las comunidades y contribuir a su buen vivir.

Participan varias organizaciones entre ellas comunidades rarámuris de la sierra tarahumara, un grupo de recolectores de orégano de San Luis Potosí, gente de Veracruz y de la Sierra Norte de Puebla que tienen la problemática de propiedad social.

La iniciativa busca fomentar uso de métodos agroecológicos propios dejando que sean las organizaciones regionales las que administren los bosques con técnicos locales especializados. También busca fortalecer a las Empresas Forestales de la Economía Social, así como incidir en la mejora del diseño de las instituciones.

Fuerza y autonomía
El movimiento de manejo forestal comunitario de los noventas reactivó al sector forestal completamente. Me parece que fue un movimiento tan vigoroso que asustó a muchos. El primer asustado fue el gobernador de Oaxaca y el segundo el Presidente.

Los éxitos de comunitarios de los ochentas y noventas, llamaron la atención a nivel internacional porque esto no se ha podido hacer en otros países. Cuando la producción de madera de México estaba cayendo hasta llegar a 5 millones de metros cúbicos anuales, en diez años, las comunidades forestales levantaron otra vez la producción a 10 millones de m³. Y así podrían haber seguido y llegar a 20 y luego 25 millones de m³ que técnicamente es lo que se calcula que dan los bosques en México y que es más o menos la demanda actual de madera.

Descenso
A partir de entonces empezaron a meterle piedritas, no era posible que tantas comunidades adquirieran control técnico de sus recursos y se apropiaran del proceso productivo. Además del éxito económico, esto les da demasiada fuerza y autonomía.

El gran éxito forestal de los años noventa se fue enfrentando con trabas y trabas a partir del año 2000. Se creó la Secretaría de Medio Ambiente, la Comisión Nacional Forestal (Conafor) y se publicó una nueva Ley de Desarrollo Forestal.

Aunque la ley tiene un enfoque de manejo comunitario y se crea todo un esquema de manejo ambiental en el país, este no ha sucedido. Las organizaciones forestales del año 2000 ahora han disminuido. Aquí en Oaxaca antes de finalizar el siglo pasado había tres organizaciones grandes, ahorita solo queda una, la Unión de Comunidades Productoras Forestales Zapotecos-Chinantecos de la Sierra Juárez (UZACHI).

Mientras que antes se formaba a la gente de las comunidades para manejar el bosque conforme dijeran las asambleas de cada comunidad, hoy en día tenemos a ingenieros forestales controlados por el gremio y por otro lado la Conafor que les dice lo que tienen que hacer.

Se fueron abandonando a las organizaciones y se fueron marginando. Esta marginación de las organizaciones fue algo que se planteó muy claramente Carlos Salinas. Decía que las organizaciones intermedias del medio rural eran la causa de la ineficiencia del gasto público y retardan el desarrollo rural, porque le imponen a la economía costos de transacción excesivos.

Retos y desafíos
El reto de fondo en la política forestal es reconocer que el enfoque extractivista no es el único, que pueden haber enfoques comunitarios, enfoques de cultivo que pueden generar la cantidad de beneficios igual o mayores.

El artículo 2 de la constitución dice que cualquier comunidad tienen derecho a un territorio y a aprovecharlo, el problema es cuando lo empiezas a bajar a los detalles, ahí es donde empieza la bronca.

A las comunidades les dieron la resolución presidencial, están en su territorio y plantaron los árboles. Los están cuidando y cultivando, y ahora existe toda una serie de pretextos de funcionarios menores irresponsables.

Avisos antes de sembrar (de árboles de 25 años de edad), aplicando retroactivamente una normativa que no existía. Exigen plantaciones de por lo menos 5 hectáreas compactas, mientras que los pequeños productores tienen orillas.

Es kafkiano y totalmente en contra de los pequeños productores, o sea cultivar árboles en este país para obtener algún recurso es imposible. Lo único que se permite es que en tu terreno tires un árbol pidas permiso para cortarlo, y no salga de tu terreno.

En muchos casos no se otorgan permisos porque no se apegan al reglamento, es decir un reglamento que no existe. Un reglamento que debió de haberse hecho hace 20 años. Los funcionarios lo hacen por inercia, porque fue la instrucción que recibieron hace 20 años, es cosa de que reciban señales más claras de que la política ya cambió.

La 4T y Sembrando Vida
La coyuntura con la 4T debería ser favorable para este cambio. Si va en serio de que primero los pobres, pues pensar en facilitar a las microempresas, a pequeños productores que cultivan bosques, en vez de obstaculizarlos y mandarlos a la cárcel, mientras que a las empresas extractivas facilitándoles todo.

Llevamos tres años y no se ha concretado un cambio en el enfoque, se ha combatido la corrupción pero en lo forestal sigue siendo un pendiente. La gente que lo recibe está contenta, es una ayuda, reciben un dinero mensual. Pero es complicado porque hay como un verticalismo.

Otra cosa es que entran como si no hubiera antecedentes organizativos y culturales. Hay una organización de ejidos forestales de la zona Maya, que lleva más de 30 años funcionando con éxito. Habría que darle jugada y estamos hablando de comunidades mayas que tienen una tradición larguísima de cultivo de las selvas, no necesitan que venga a decirles un técnico como cultivar, no.

La tercera cosa, supongamos que tiene éxito, y vamos a tener dentro de 15 años un millón, dos millones de hectáreas con árboles que la gente cultivó. Se van a encontrar a los mismos burócratas de Semarnat que van a decir no te voy a dar el permiso.

Que bronca que se va armar cuando eso suceda, la gente está confiada en el gobierno, tienen todo el respaldo, pensando que de aquí a que crezcan los árboles se va a arreglar eso. Pero no se ha atendido en 20 años desde que se creó la Semarnat y la Conafor. ¿Porqué pensamos que se va a tender en los siguientes?

México no está aprovechando de manera ordenada sus bosques. La gente hace su lucha, pero como país y como sociedad no estamos apoyando esto.

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