Secretarías cedieron a presiones de agroindustria: Cristina Barros.
La Campaña Nacional Sin Maíz No Hay País (CNSMNP) rechazó el planteamiento de las secretarías de Economía (SE), de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader), del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) y la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), las cuales anunciaron que no había condiciones para prohibir el glifosato a partir del primero de abril, tal como lo mandata el Decreto Presidencial del 13 de febrero de 2023.
En entrevista con la investigadora Cristina Barros, integrante de la Campaña Nacional Sin Maíz No Hay País y de la Alianza por la Salud Alimentaria, afirmó que el Decreto se debe mantener como está, pues hay condiciones para sustituir al glifosato, pero lo que se debe buscar es cambiar el paradigma en el modelo de producción alimentario. La investigadora añadió que estas dependencias cedieron a las presiones de la agroindustria, las cuales impulsan un falso discurso catastrofista.
– ¿Por qué las dependencias han dicho que no hay condiciones para prohibir el glifosato?
– Estas dependencias han caído ante las presiones, concretamente el Consejo Nacional Agropecuario que depende de los grandes empresariados mexicanos.
Dentro de la Secretaría de Agricultura hay unas contradicciones muy fuertes, el secretario (Víctor Villalobos) es claramente un vocero de las empresas mexicanas, y detrás de estas empresas están las trasnacionales. Por otro lado está el subsecretario de Autosuficiencia Alimentaria, Víctor Suárez, quien va en una dirección completamente distinta, en la misma por la que hemos estado la Campaña Nacional Sin Maíz No hay País. Se trata de dos maneras de ver la producción totalmente distinta, en una óptica la producción es para hacer dinero y no realmente para alimentar a las personas.
– ¿Existen las alternativas al glifosato?
– Claro que sí, puede existir producción agrícola sin glifosato. Hay muchas alternativas, ya se están probando no solo en México sino en muchas otras partes del mundo. Lo que pasa es que la presión es muy fuerte sobre el glifosato particularmente, porque ha producido ganancias económicas por miles de millones de dólares y porque además el glifosato es la puerta de entrada a los transgénicos que son inseparables, en especial al maíz transgénico pero también a la soya transgénica.
Lo que hemos estado viendo es que se trata realmente de un veneno, como se ha visto en la Penínusla de Yucatán y en Jalisco. No se debe hablar del cambio de un veneno por otro (de crear un sustituo al glifosato). Desde el punto de vista de la Campaña Sin Maíz No Hay País la solución es un cambio de paradigmas, un cambio de modelo de producción de alimentos (que no esté asociada a la producción de alimentos ultraprocesados que dependen de los agrotóxicos).
– ¿Víctor Villalobos ha trabajado en favor de la prohibición del glifosato y buscar alternativas como lo marca el Decreto?
– La Secretaría a cargo de Víctor Villalobos no ha hecho absolutamente nada en ese sentido, ha ido en una dirección contraria a la Subsecretaría de Autosuficiencia Alimentaria, y no solamente no ha hecho nada sino que tiene intereses que vienen justamente de este agronegocio. No tiene el menor interés en desarrollar alternativas. Es un representante, un agente de las grandes trasnacionales. Por otro lado está la Semarnat que sinceramente me ha sorprendido su posición.
El Consejo Nacional de Humanidades Ciencias y Tecnologías (Conahcyt) y una parte de la Sader sí están haciendo este trabajo. Pero además hay un montón de organizaciones campesinas en todo el país que han estado caminando en esa dirección, buscando alternativas. No solo me refiero a quienes siembran en pequeñas parcelas de una hectárea a cinco, sino a los que van de cinco a diez hectáreas y aún más. Además, a la fecha, 70 o 60 por ciento del maíz para tortilla que se consume en México proviene de esa agricultura familiar, y a esa agricultura se ha estado atendiendo con proyectos alternativos y esto no debería frenarse.
– ¿Hay condiciones para que el 1 de abril se prohíba el glifosato?
– Desde luego, hay maneras de hacerlo. Nos quieren pintar este catastrofismo como el gran fantasma que nos asusta para decir: no se va a poder, esto va a ser un desastre, va a venir la catástrofe. Yo pregunto ¿más catástrofe que estarnos envenenando con glifosato? Además, particularmente son afectadas las infancias y las mujeres embarazadas. Y es tan evidente el daño que en Estados Unidos empresas como Bayern Monsanto se han gastado cientos de miles de millones de dólares en pagar demandas que han hecho personas que fueron afectadas (por el glifosato).
– ¿Cuál es el llamado de la Campaña Sin Maíz No Hay País hacia otras dependencias o al Gobierno Federal?
– La Campaña es muy clara: el Decreto no se debe tocar, debe quedar como está. Hacemos un llamado a que las dependencias que no han cumplido con su trabajo para que cumplan con las obligaciones que están ahí planteadas. Esto significa que parte del Ejecutivo no está atendiendo lo que un Decreto firmado por el Presidente puntualiza con toda claridad.
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