El modelo agroindustrial fractura el tejido social y cultural, contamina la naturaleza y potencia la explotación animal.
Personas de comunidades indígenas, defensoras de derechos humanos, ambientalistas, de la academia y asociaciones civiles presentaron la “Declaración de América sin mega fábricas de cerdos”, desde Homún, Yucatán.
Las organizaciones señalaron en la Declaración que el modelo agroindustrial reproduce los patrones de explotación del capitalismo, despoja a los indígenas de sus territorios, fractura el tejido social y cultural, contamina la naturaleza y potencia la crueldad y explotación animal.
En la Declaración exigieron a los gobiernos de Argentina, Chile, Ecuador, Estados Unidos y México, a los bancos y a las instituciones internacionales que no se otorguen más permisos para esta industria, el cierre inmediato de las mega fábricas de cerdos en operaciones, que no se subsidien estos modelos agroindustriales y se invierta en una agricultura que garantice la soberanía alimentaria.
También exigieron se respete el derecho a la libre determinación, el territorio de las comunidades indígenas y campesinas, se respete el principio de precaución y prevención frente a las mega fábricas de cerdos.
Ante los graves impactos y las violaciones a los derechos humanos de las personas y la naturaleza, demandaron que se frene “la alarmante expansión” de las mega granjas porcícolas que son impulsadas por acuerdos comerciales, subsidios e incluso bancos de desarrollo.
La Declaración se elaboró en el primer “Foro internacional sobre los impactos sociales y ambientales de las mega fábricas de cerdos” que convocó a activistas de Argentina, Chile, Ecuador, Estados Unidos y México que duró tres días.
Las operaciones de las mega granjas porcícolas, aseguraron los ambientalistas, violan los derechos a la salud de la población, al agua y al saneamiento, a la integridad personal, a la alimentación adecuada, laborales, así como a la información y la participación al dañar el medio ambiente de manera irreparable.
Ejemplo de ello son los seis mil litros de agua que se emplea para producir un kilogramo de carne. Además, la contaminación que genera esta industria en este líquido puede perjudicar a los seres humanos, a la fauna y al medio ambiente.
El objetivo del Foro fue tejer alianzas y compartir experiencias e impactos en América en contra de las mega fábricas de cerdos. A la Declaración se suscribieron 30 organizaciones como Atención Comunitaria U Yutzil Kaaj, Center for Biological Diversit, la Universidad Andina Simón Bolívar y Agua para todos, agua para la vida.
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