Entidades financieras indican que el proceso de autorización es bastante complejo, burocrático y tortuoso.
En el arranque del 2022, el Dr. Juan José Rojas señala que la imposición de la legislación bancaria y mercantil al sector cooperativista de Ahorro y Préstamo (Socap), ha provocado que se encuentre atascado, sofocado y no le permita avanzar.
En 2001, al expedirse la Ley de Ahorro y Crédito Popular, las sociedades cooperativas de esta índole fueron catalogadas como intermediarios financieros. Para luego, en 2009, ser clasificadas en la Ley para Regular las Actividades de las Sociedades Cooperativas de Ahorro y Préstamo (LRASCAP), en Nivel Básico se encuentran aquellas con activos inferiores a 2.5 millones de Unidades de Inversión (UDIS), equivalentes a poco más de 13 millones de pesos, y en el Nivel 1 al 4 aquellas con activos superiores a los 2.5 millones de UDIS.
Las cooperativas del Nivel Básico no necesitan autorización de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), en tanto que las del Nivel 1 al 4 si lo requieren. Por lo cual, el Dr. Rojas muestra la investigación de Tesis Doctoral de Tomás Figueroa López de la Universidad del Centro del Bajío, para determinar las causas por las cuales las cooperativas del Nivel Básico, con activos cercanos a 2.5 millones de UDIS, no solicitaban autorización para operar como cooperativas de Nivel 1.
En dicha investigación, se define que el 94% de las cooperativas de Ahorro y Préstamo afirma que “el proceso de autorización es bastante complejo, burocrático y tortuoso”, mediante que el 70% de ellas reconoce que “los resultados que produce su operación cotidiana no les aporta los recursos suficientes para acceder a un proceso regulatoria excesivamente costoso”.
Por último, El Dr. Rojas señala que la LRASCAP y su regulación secundaria “no son idóneas para ese tipo de cooperativas, pues no se trata de bancos pequeños, sino de entidades asociativas que en su naturaleza es distinta a las bancarias”.
Colaboraciones anteriores:
El 2021 sin política pública federal en Economía Social: Dr. Rojas
El modelo cooperativista del siglo XIX en Topolobampo, Sinaloa