Desigualdad limita participación de mujeres indígenas en el desarrollo sostenible

Foto: Aurora Fernández | PNUD México.

Violencia de género y falta de acceso a la propiedad social son los principales obstáculos: PNUD.

En México el acceso limitado a la propiedad social de la tierra y al trabajo remunerado restringe la capacidad de las mujeres indígenas para aprovechar los recursos naturales de su entorno local en el desarrollo sostenible. Así lo presenta el Informe del diagnóstico de género y biodiversidad, publicado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en mayo de 2024.

El PNUD coordinó el diagnóstico a través de las “Redes de Sororidad Verde” (RSV) en México, agrupaciones de mujeres indígenas y rurales dedicadas a la “conservación y el manejo sostenible de los recursos naturales”. En el informe participaron 5 redes mayas de la Península de Yucatán, 2 redes ikoots de Oaxaca y 2 redes tsotsiles de Chiapas.

Las mujeres participantes en el estudio analizaron “consideraciones de género que influyen en los procesos económicos, productivos, ambientales y colectivos de las comunidades”, con el objetivo de fortalecer capacidades de las redes de mujeres para tener una mayor resiliencia económica y promover el desarrollo sostenible de sus comunidades.

De acuerdo con el informe, las “labores de cuidado” que realizan las mujeres les permiten estar “más ligadas al aprovechamiento sustentable o la conservación de la biodiversidad”, sin embargo, la “excesiva carga de trabajo no remunerado y responsabilidades familiares, atribuibles a los roles de género” limitan su participación en los espacios de toma de decisiones.

Además, las iniciativas de proyectos productivos por parte de mujeres suelen recibir menos apoyo e incentivos económicos. Las mujeres indígenas también sufren violencia de género, amenazas en el territorio y falta e acceso a servicios básicos.

Para las mujeres indígenas, la violencia de género y las afectaciones a su salud física, mental y emocional restringen su autonomía y “refuerza patrones arraigados y normalizados en usos y costumbres que dificultan su colaboración o sororidad”. Por lo tanto, las mujeres indígenas están menos acostumbradas a participar en proyectos colaborativos.

Para fortalecer a las RSV, el diagnóstico sugiere que los proyectos de desarrollo sostenible coordinados por mujeres establezcan alianzas con organizaciones y gobierno locales, que sean sensibles con la cultura local y regional. Asimismo, este considera que es fundamental el autorreconocimiento de las mujeres como sujetos productivos.

Adicional al enfoque de género, los proyectos productivos sostenibles necesitan de “herramientas financieras y educación en gestión de recursos económicos” y que desde la colaboración entre las mismas mujeres se determine las maneras apropiadas para que su proyecto confronte a las múltiples violencias de género en sus entornos.

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