“En Oaxaca la telefonía ha sido un éxito porque las comunidades tienen sus propios procesos autogestivos”.
Redacción La Coperacha
Ciudad de México // 11 de enero de 2017
Hace un par de años la comunidad indígena de Talea de Castro, Oaxaca, estrenó la primera red de Telefonía Celular Comunitaria, instalada y autogestionada por ella misma con asesoría de organizaciones sociales. Su red telefónica de 40 pesos mensuales les ayudó a conectarse entre ellos, con paisanos en Estados Unidos y para hacer radio.
Un año después, la compañía Movistar, que en su momento les había negado el servicio al argumentar nulas utilidades e inversiones costosas, introdujo un paquete de telefonía similar al autogestionado. Demostraba que en un pequeño pueblo era posible invertir en infraestructura de comunicación.
La experiencia de la red comunitaria, que se ha extendido a 18 comunidades, se traduce en un manual que pretende estar libre para replicar el modelo, adaptarlo a las condiciones de los pueblos y conectar al siguiente billón de personas en el mundo que no tienen acceso a las telecomunicaciones, afirman los autores.
El “Manual de Telefonía Celular Comunitaria, conectando al siguiente billón”, ha sido elaborado por las organizaciones Redes por la Diversidad, Equidad y Sustentabilidad (Redes AC) y Rhizomática.
“Desde que se desarrolló la Telefonía Celular Comunitaria nos han llovido muchas preguntas y solicitudes, preguntan cómo se puede instalar, cómo funciona, qué tecnología utiliza, cuánto se necesita invertir”, dice Daniela Parra Hinojosa, responsable de Comunicación de Redes AC. El manual se convierte en una forma de satisfacer esa demanda de información, añade.
Los hackers
Compuesto por 54 páginas más anexos, de lectura sencilla, el manual ha sido estructurado en cinco partes partes: desde la explicación misma del concepto de la telefonía celular comunitaria, conocer sus marcos jurídicos, la base tecnológica, económica y organizativa que conforman la red telefónica.
“Uno de los actores principales en este modelo son los hackers, ellos tienen una ética con principios muy establecidos que empatan con los de las comunidades indígenas como la solidaridad, el conocimiento abierto, la cooperación, así como la información y el espacio como un bien común”, describe Parra Hinojosa. Agrega que con la idea de ser congruente con esa ideología hacker, el manual pretende liberar la información y que se creen más redes de telefonía comunitaria.
La tecnología del modelo de telefonía celular comunitaria “surge de dos proyectos principales de software libre que logran decodificar una tecnología cerrada como el GSM para convertirla en una tecnología abierta de software libre para GSM”, explica el manual.
La comunidad
El otro actor principal es la comunidad donde se va a desarrollar la red celular, en particular las comunidades indígenas, pues en ellas existen principios de autonomía, sistema de cargos como un ejercicio de servicio no remunerado y bienes comunes, donde por ejemplo, no existe la propiedad privada sino comunal, y su sistema de vida está basada en una concepción que han denominado la comunalidad.
“El modelo de telefonía celular comunitaria tiene una lógica de principios y una ética destinados a fortalecer la autonomía de las comunidades y dejar la dependencia de una tecnología, que no venga ni de las empresas ni el gobierno”, señala la comunicadora.
“En Oaxaca la telefonía ha sido un éxito porque las comunidades tienen sus propios procesos autogestivos, de decisión en asamblea, una autonomía construida desde hace muchos años”. Este modelo de telefonía opera bajo el respeto a esas autonomías y las formas de administrarse de las comunidades, explica.
Modelo económico sin lucros
En la base económica el manual plantea que se necesita de un modelo de negocio de empresa social, pues tiene una misión social, económica, ambiental o cultural alineada a un beneficio comunitario.
“Se estructura como una organización que puede ser una cooperativa o sociedad civil, integrada por comunidades que son dueñas de la red y organizaciones de soporte”. Las primeras aportan la inversión y la operación de sus redes locales y las segundas conocimientos técnicos para el mantenimiento, desarrollo tecnológico y asesoría jurídico-administrativa.
“La cooperativa se presenta como la forma más autónoma y directa en la que una comunidad puede participar en la gobernanza de su red y en su administración con el apoyo de otras comunidades y socios, al tiempo que la comunidad continúa siendo la dueña de la red”, explica Parra Hinojosa.
La cooperativa o la asociación civil será la Concesionaria Social de Telecomunicaciones, figura que también fue lograda durante el proceso en que la telefonía pasaba de tener una concesión experimental a una formal, otorgada por Instituto Federal de Telecomunicaciones (Ifetel).
Telecomunicaciones Indígenas Comunitarias es el nombre de la concesionaria social que opera en 18 comunidades y ofrece servicio a 3 mil usuarios.
Con el modelo económico planteado, donde la red pertenece a los usuarios y se desarrolla en función de necesidades locales, se reducen los costos hasta en 97% y se asegura que las utilidades se queden en la asociación o se inviertan en innovación y capacitación.
El manual cuenta además con una serie de anexos, que son “herramientas claras y concretas de cómo hacer las actas de asamblea, sus cartas de recepción de equipo, cómo solicitar la concesión, cómo constituirse bajo la figura legal que opera la telefonía”, destaca la también responsable del diseño editorial del documento.
Para conectar al siguiente billón
Al final, el manual arroja una serie de recomendaciones para conectar al siguiente billón, que inicia por hacer las cosas de manera distinta, tanto en materia tecnológica, económica, regulatoria y de políticas públicas.
Entre otras cosas propone ya no subsidiar empresas sino generar fondos para el surgimiento de empresas sociales, permitir el acceso a las infraestructuras bajo un trato que considere su contribución social y la ausencia de lucro, dedicar fondos para la investigación y desarrollo de software, y generar un marco jurídico y de política pública para los pequeños operadores comunitarios.
Cuando Movistar modificó sus esquemas para entrar a Talea de Castro y competir con la telefonía del pueblo se observó “que las comunidades sí les pueden dar rentabilidad pero la lógica de la Telefonía Celular Comunitaria no es la maximización de las ganancias sino la sustentabilidad”, enfatiza Parra.
Fotos: Manual de Telefonía Celular Comunitaria