Plantea medidas y modelos de negocios alternativos para arrebatar economía global a las élites.
“Desde 2020, la riqueza conjunta de los cinco hombres más ricos del mundo se ha duplicado”, en tanto que “la riqueza acumulada de cerca de 5,000 millones de personas a nivel global se ha reducido”, sostiene el informe Desigualdad S.A. presentado este día por Oxfam Internacional, justo cuando inicia el Foro Económico Mundial de Davos, Suiza, donde las élites empresariales y gubernamentales se reúnen.
Oxfam advierte que a este paso “se necesitarán 230 años para erradicar la pobreza”. Además, “una enorme concentración de poder empresarial y monopolístico está exacerbando la desigualdad en la economía mundial”, pues 7 de las 10 empresas más grandes tienen un director general milmillonario o a un milmillonario como su accionista principal.
La organización internacional describe el modelo económico y empresarial como uno que exprime a sus trabajadores y trabajadoras, evade y elude impuestos, privatiza servicios públicos, alimenta el colapso climático y genera una riqueza cada vez mayor para sus ya de por sí ricos propietarios.
Luego de describir en varios capítulos cómo se ha ido recrudeciendo la desigualdad y fortaleciendo a los monopolios, Oxfam plantea una serie de medidas que podrían ser impulsadas por los Gobiernos del mundo, entre ellas aumentar “drásticamente” el nivel de igualdad, frenar el poder empresarial y construir economías que funcionen para el conjunto de la población.
Algunas de las medidas propuestas por Oxfam son revitalizar el Estado, regular el sector privado, para ello propone acabar con los monopolios privados e impedir que el sector acumule demasiado poder, democratizar las normas comerciales y de patentes, respaldar soluciones públicas y reivindicar mayor control público.
Además, aumentar drásticamente los impuestos a personas ricas y grandes empresas, aplicar medidas de fiscalidad a los más ricos en todos los países, incrementar urgentemente impuestos sobre dividendos y ganancias del capital, gravar los beneficios extraordinarios y aplicar impuestos sobre beneficios excesivos, aplicar medidas fiscales más eficaces a grandes empresas, frenar la evasión y la elusión fiscal.
Otras propuestas son: garantizar que no se recompren acciones ni se paguen dividendos si no se garantizan salarios dignos y justicia climática, introducir medidas jurídicamente vinculantes sobre la debida diligencia obligatoria en materia de derechos humanos y medioambiente con perspectiva de género, reforzar la legislación para garantizar la justicia racial y de género, apoyar y alentar los sindicatos, así como reinventar el sector empresarial.
Aún hay esperanza
“Tratar de arrebatar el control de la economía global a las élites puede parecer una tarea imposible, pero aún hay esperanza” dice Oxfam. Para ello, pone en un primer plano adoptar e impulsar desde los Gobiernos modelos de propiedad y gobernanza democráticas en las empresas convencionales, así como modelos de negocios alternativos, lo que ayudaría, dice, a abordar desigualdades en distribución de la riqueza y permitiría la toma de decisiones con base en cuestiones de importancia social.
Entre estos modelos de negocios alternativos, Oxfam destaca a las cooperativas, las empresas sociales y de comercio justo, como las integradas en la Organización Mundial de Comercio Justo. También pone de ejemplo que en Guipúzcoa, sede del grupo cooperativo Mondragón se mantiene un índice Gini (medida económica para calcular la desigualdad de ingresos) más bajo que en Noruega y Finlandia.
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