Verdillete, moneda que va y viene, educación devuelve

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La primera moneda social hecha por niños en México tiene carácter ecológico y pedagógico


Pablo Correa
Ciudad de México // 25 de noviembre de 2013

Niños de entre 3 y 12 años de edad que estudian en el Centro Educativo Jardines de la Ciencia en la ciudad de Querétaro, son los impulsores de su propia moneda social conocida como el Verdillete. Con un carácter pedagógico y sobre todo ecológico, el Verdillete es utilizado por unos 170 pequeños que a lo largo del año trabajan en el uso de su moneda escolar.

Silvia González quien se ha dedicado a la aplicación y enseñanza de la permacultura* en varias escuelas es una de las impulsoras, y se ha interesado también en el tema de la economía y las finanzas. Junto con el interés de niños y padres de familia, esta comunidad escolar ha tenido muchos resultados en la aplicación de varias formas de la economía solidaria.

Una experiencia de trueque con Cherán
La idea empezó a través un trueque mensual en Querétaro promovido con una amiga de Silvia, que tiene vínculo con la comunidad de Cherán, Michoacán. Pensaron que los niños podrían hacer un trueque a distancia con algunas cosas que se producían o tenían, y enviarlas a la comunidad michoacana.

“Fue muy lindo platicarles de Cherán y de que es una comunidad en donde llueve mucho”, recuerda Silvia.

“Una chiquita dijo: yo no necesito tanto mis botas para el agua. Entonces las lavó, las limpió y escribió: Yo acepto lo que sea, artesanía o comida.

“Al llevar estas botas fue bien bonito porque otra niña las vio y se entusiasmó, mirando su mano en la que traía un queso recién hecho por ella, dijo: ¿Me va a aceptar mi quesito por esas botas? ”

“Al llegar con la otra niña que envió las botas, ella decía ¿Lo hizo con sus manos? ¿Es para mí?”

Silvia resalta la importancia que tienen estas formas de economía en los pequeñines. “En ellos se da de una manera muy espontanea y natural entender lo que es cubrir una necesidad más que ponerse limitaciones”.

Una moneda con valor pedagógico
Primero fueron los temas de permacultura, economía y finanzas que se enseñaron a través de videos y charlas, y mostraron otros sistemas locales de trueque y multitrueque. Después se preguntaron ¿Por qué no generamos nuestra propia moneda? Así, se empezaron a diseñar varias propuestas entre las que nació el Verdillete.

Se pensó que esta moneda tenía que estar respaldada con productos ecológicos, por lo que decidió hacer una recolección de materiales y desechos durante todo el año. De esta manera la escuela empezó a funcionar como acopio, después los materiales se llevaban a un centro de acopio mayor. Con lo obtenido se fue pagando la inversión para desarrollar cada unos de los proyectos.

“Cada grupo se hizo productor, entonces había un grupo que hacía jabones y toda la materia prima no la pagó la escuela, sino se pagaba del mismo acopio que traían las familias”.

A partir de los productos fue que se respaldaron los Verdilletes, con el tiempo se acumularon muchos productos por lo que se comenzó a promover una feria multitrueque anual en la que se adquieren e intercambian otros productos.

Hoy en día y con la experiencia de un año completo, algunas familias van directamente al centro de acopio y se hace de manera independiente, con un recibo emitido de ese centro que en la escuela pueden canjearlo por Verdilletes.

“Otras forma por las que se pueden conseguir los Verdilletes son a través de los tabiques o ecoladrillos, o el cinito de documentales de arte, en donde los niños traen registro de dibujos o algo escrito, y también ahí estamos contabilizando Verdilletes”, dice Silvia.

Al que sólo ve billete, ponle el Verdillete
Actualmente los padres han adquirido una mayor participación, pues sus niños han puesto de por medio al Verdillete. Al principio cuenta Silvia, “les implicó un reto muy fuerte”.

“Los niños les decían: cierra la llave cuando te laves las manos, cuando te cepilles los dientes. Entonces los papás gustosamente se quejan de decir, ya me traen asoleado, estoy contento de que lo haga mijo”.

La escuela ha echado andar el Banco de tiempo, los niños registran los oficios que pueden desarrollar sus papás. Las mamás dan seguimiento y registran el tiempo que otorgará cada familia. También a través de los niños los papás mandan algo para empezar a hacer un trueque entre ellos.

Además, hay un crédito comunitario que próximamente se ejercerá para acciones en beneficio de la comunidad.

“Mientras más se pueda promover que los mismos niños sean los que interactúen, entonces llegará el ejemplo a los papás y entonces habrá un cambio”, dice Silvia.

Dinero comunitario, resultado solidario
Aunque hay otras monedas sociales y escolares, como el Fausto de carácter universitario, el Verdillete es la única moneda social que es desarrolla y usada por niños en México.

“Es la primera vez que se les está dando la voz a los niños y de hecho ellos están muy interesados en compartir su experiencia en otros lugares para que se replique y no quede sólo en una experiencia escolar”.

¿Se puede hacer esto en una escuela pública? Se le pregunta Silvia.
“Hay la necesidad, hay el interés, sólo hay que buscar los medios para canalizar e ir directamente con quien puede darle la aprobación. Sí me he encontrado con compañeros maestros que me comparten que están listos, nada más necesitan girar el trámite adecuadamente para poder iniciar.

*Permacultura es el diseño de hábitats humanos sostenibles, mediante el seguimiento de los patrones de la Naturaleza.

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