Cooperativas de producción de ranas toro, alternativa de alimentación en Jalisco

La Violeta produce y cocina 12 mil ejemplares al año.


Redacción La Coperacha
Ciudad de México // 08 de febrero de 2016

En Jalisco al escasear el agua en las cuencas de la zona, tuvieron que migrar de la crianza de pescado hacia un animal que requiriera menos agua y con gran adaptabilidad, por ello probaron con las ranas toro.

En San Francisco de Asís, en Atotonilco El Alto, se encuentra la sede del criadero y restaurante de la cooperativa La Violeta, una de las 18 empresas sociales que en Jalisco se dedican a la producción de ranas toro como una alternativa de alimentación baja en grasa y alta en nutrientes.

De acuerdo a información de la Secretaría de Desarrollo Rural de Jalisco (Seder), aquella entidad requiere 60 toneladas de carne de rana, pero con el trabajo de las cooperativas y empresas de producción rural apenas se cubren 15 toneladas.

De esas 15 toneladas, la mayor parte se exporta a Texas para usarse en investigaciones en laboratorios, y sólo una parte se queda para consumo humano.

Es por ello que desde hace 15 años la Seder comenzó con el cultivo de este anfibio, y paralelamente se ha trabajado un proceso de incubación de cooperativas, el cual está en una etapa de maduración, señaló el coordinador regional de dicha dependencia en Los Altos, Rubén Ruiz Medina.

La meta es que para 2016 se incremente la producción de ranas toro en 27 toneladas para paliar la demanda de consumo y de exportación a Texas, añadió Rubén Ruiz Medina.

Cooperativa La Violeta
Ubicado a dos horas de Guadalajara, La Violeta ofrece en su restaurante, una amplia gama de formas de cocinar la rana toro que producen en sus criaderos, que puede ser al mojo de ajo, a la diabla o empanizadas.

El proceso para que una rana toro llegue a su edad madura tarda entre seis y nueve meses. Anualmente producen 25 mil renacuajos, pero de ellos, sólo se logran 12 mil ranas toro, dice Evangelina Contreras, una de las socias y cuidadora del criadero.

A las ranas se les enseña a comer en cautiverio, se les alimenta con croquetas con sabor a trucha, pero éstas tienen que estar en movimiento porque de lo contrario no les apetecería, explica Evangelina.

Añade la socia de la cooperativa que a las ranas se les mantienen a 24 grados centígrados en estanques con agua purificada. Además dos veces por mes, cuando crecen de talla, se les cambia de estanque porque su instinto caníbal les hace comerse entre sí.

Los fines de semana el restaurante de La Violeta recibe a decenas de comensales de carne de rana toro, a 130 pesos el platillo con dos ranas, y se generan entre 25 y 30 empleos.

Con información de El Informador.

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