En Latinoamérica y el Caribe disminuyó un 94% la vida silvestre.
La organización Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés) publicó el Informe Planeta Vivo 2022 que documenta una disminución global del 69% en la abundancias de las poblaciones de vida silvestre de 1970 a 2018.
Planeta Vivo confirmó que el mundo está en medio de una profunda crisis de cambio climático y de pérdida de biodiversidad. Alertó que ésta es nuestra última oportunidad para actuar, “una acción que debe ir más más allá de la conservación de nuestro entorno”.
De acuerdo a datos de la investigación, Latinoamérica y el Caribe perdió el 17 % de la extensión original de los bosques, y otro 17 % está degradado. En esta región disminuyó un 94% las poblaciones de vida silvestre entre 1970 y 2018. En este mismo periodo en África hubo una reducción del 66%; la zona de Asia y Pacífico tiene un 55% menos; América del Norte registró un 20% y Europa y Asia Central un 18%.
La asociación ambientalista, fundada en 1961, analizó la base de datos de la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, el inventario con mayor reconocido mundialmente sobre el estado de amenaza de las especies, que permitió superponer las seis amenazas principales (agricultura, sobreexplotación, tala de árboles, contaminación, especies invasoras y cambio climático) para destacar los “puntos calientes de amenazas” de los vertebrados terrestres.
Conforme al análisis de WWF, un millón de especies vegetales y animales están en peligro de extinción. Entre el 1 y el 2.5% de las aves, mamíferos, anfibios, reptiles y peces ya se han extinguido; la abundancia de sus poblaciones y su diversidad genética han disminuido y las especies están perdiendo sus hábitats debido a cambios en el clima.
El Informe Planeta Vivo gira en torno a la naturaleza de dichas conexiones, a sus repercusiones para las personas y la biodiversidad y a la construcción de un futuro positivo, justo y sostenible.
El cambio climático y la pérdida de biodiversidad no son asuntos únicamente ambientales, sino que también están relacionados con el desarrollo y la seguridad, así como con cuestiones económicas, sociales, morales y éticas.
Con base en el reconocimiento histórico de la Asamblea General de Naciones Unidas del Derecho a un Medio Ambiente Saludable, realizado en julio de 2022, se reafirmó la postura de WWF: el colapso climático, la pérdida de naturaleza, la contaminación y la pandemia son crisis de derechos humanos. Mientras que los países industrializados son responsables de la mayor parte de la degradación ambiental, los países y personas empobrecidas son los más vulnerables.
Las conclusiones señalaron que “necesitamos actuar urgentemente para restaurar la salud del mundo natural”. Un futuro positivo para la naturaleza necesita cambios transformadores en la forma en la que producimos, consumimos y en cómo gestionamos los sistemas de gobierno o el sistema financiero y que tenga una perspectiva de derechos humanos.
El Informe Planeta Vivo gira en torno a la emergencia climática, a sus repercusiones para las personas y la biodiversidad y a la construcción de un futuro positivo, justo y sostenible.
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