Maíz mexicano no es sólo nuestro, países latinoamericanos lo celebran

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Más de 87 mil personas han firmado cartas contra la siembra transgénica.


Redacción La Coperacha
Ciudad de México // 29 de septiembre de 2015

Somos hijos del maíz, comemos diariamente medio kilo de este grano. Diríamos, a manera de un nuevo Popol Vuh, que estamos hechos de tortillas y tamales, y eso ya es en sí, motivo de festejo.

¿Cómo festejas al maíz?
Puede ser en una milpa, a la sombra de un árbol, se cortan los elotes y mientras se están asando sale una guitarra que se combina con los sabores de otros árboles frutales, como guayabas, maracuyá, limón y naranjo, describe Francia Gutiérrez, integrante de la Campaña Nacional Sin Maíz No Hay País.

Se agarra la hoja del maíz, se dobla, se coloca como si fuera servilleta y se come, los elotes recién cortados son más dulces, sobre todo los de granos más oscuros; en cambio el cacahuacintle, de dientes anchos y desordenados, es muy suave, muy tierno, prosigue Francia.

Día Nacional del Maíz
El día que nació esta fecha de manera oficial fue el 29 de septiembre de 2009. Recuerda Francia: “estábamos en una carpa y parecía que el Zócalo nos había quedado grande, sin embargo se pasó la voz, llegaron vecinos del centro y organizaciones sociales, todo el día compartimos alimentos del maíz como tamales, unos compas de Chiapas llevaron pozol (hecho con maíz, cacao y canela) y taxcalate (pozol más axiote)”.

El pozol “se repartió a la gente, más tarde se hizo el elote cocido, llegaron señoras que venían de Huajuapan de León (Oaxaca) y traían cocido en sus mandiles el Día del Maíz, trajeron servilletas bordadas con milpas de maíz y una comisión resguardaba esas servilletas”, relata Francia.

“Como a las siete empezó a llover y como 500 personas que éramos quedamos bien recogidas en la carpa con cucharas y cacerolas, entonces hicimos el Grito por la Independencia Alimentaria, doña Amalia, de Tláhuac, dijo unas palabras y el padre Sergio Cobo, jesuita, fue quien tocó la campana”, agrega Francia.

“Tuvimos la ceremonia de los cuatro puntos cardinales (el ometeotl), y se sembró la semilla de seguir celebrando el Día del Maíz no sólo políticamente sino como mexicanos, como algo que nos define como comunidad, cultura y país”, recuerda la activista.

Festejos en el mundo
Nuestro maíz, el nieto del teocintle, no es sólo mexicano, es alimento y cultura de muchos países latinoamericanos los cuales también lo celebran con comilonas y ritos.

A finales de agosto y primeros días de septiembre, representantes de 16 países reunidos en el Encuentro Internacional de Agricultura Campesina y Agroecología en América acordaron festejarlo y defenderlo, así como a fortalecer lo que denominaron modelo de agroecología campesindia.

Representantes de Venezuela, Costa Rica, Perú, Bolivia, Brasil, Cuba, Colombia, Ecuador, entre otros, se reunieron con campesinos y cooperativistas mexicanos, en el marco de los 20 años de la Asociación Nacional de Empresas Comercializadoras productoras del Campo (ANEC), firmaron un documento para impulsar este modelo de producción campesina opuesto, dijeron, a los impulsados por la economía capitalista.

Serpentinas nacionales
En estas fechas en que el campo mexicano está en condiciones de abandono, en que los presupuestos destinados a él han sido recortados hasta en 21%, el Día del Maíz también se festeja en muchos lugares de diversas formas.

La organización ambientalista Greenpeace México, fue a pararse a las escalinatas del Palacio de Justicia Federal para exigir una alimentación sana, libre de transgénicos y agrotóxicos. El Foro Tianguis Alternativo Ecológico de la Ciudad de México hizo trueque y elotiza orgánica. En Tlaxcala, el Grupo Vicente Guerrero, hizo degustación, ponencias y ceremonias.

En San Miguel de Allende, Guanajuato, se hicieron exposiciones, talleres y teatro. En Rancho Viejo, Veracruz, se organiza una exposición fotográfica, de carteles y de semillas. En Tepetzintla, Veracruz, se hacen rosarios y la obra de teatro “La cacería del mapache” que se roba los elotes. En Morelia y Oaxaca, se organizan ferias de la milpa.

En el DF, en la Universidad Nacional Autónoma de México, se organiza una exposición en la Escuela Nacional de Trabajo Social, así como talleres, venta, feria de semillas y ceremonias en el Jardín Botánico.

La demanda colectiva, a dos años
De no haberse impuesto hace dos años la demanda colectiva contra el maíz transgénico, que generó una suspensión de siembra y liberación en suelo mexicano, este día el festejo sería otra cosa. La Unión de Científicos Comprometidos con la Sociedad, ha enfatizado en el riesgo de la pérdida irremediable de los maíces criollos.

Científicos, campesinos, activistas, ambientalistas y en total 53 personas y organizaciones han hecho uso de esta herramienta jurídica y han puesto los derechos humanos a la salud, la alimentación y a la biodiversidad, por encima de los intereses económicos de empresas trasnacionales productoras de transgénicos como Monsanto y Syngenta.

Y a pesar de que la demanda colectiva había ganado 91 impugnaciones presentadas por las empresas y secretarías de Estado demandadas, en fechas recientes el Juez Francisco Peñaloza permitió la siembra de transgénicos, sin embargo los abogados del maíz criollo apelaron la decisión y la prohibición de liberación transgénica se restableció.

La decisión final sobre la suspensión de siembra del maíz transgénico aún está por llegar y le corresponderá al magistrado Benjamín Soto Sánchez del Poder Judicial.

Los chefs
De la mano del juicio contra Monsanto, los chefs de los más destacados y exclusivos restaurantes mexicanos, integrados en el Colectivo Mexicano de Cocina, alzaron su voz contra el posible otorgamiento de permisos de siembra del maíz genéticamente modificado.

Los cocineros, entre los que se encuentra Enrique Olvera, chef de Pujol, espacio calificado dentro de los mejores 16 restaurantes del mundo por la revista Restaurant, afirmó que se debe aplazar el cultivo hasta que haya una total claridad sobre las consecuencias de sembrar al transgénico.

Los chefs mandaron una carta al gobierno federal, donde argumentaron principalmente que el cultivo transgénico “atenta contra la diversidad de los maíces nativos y pone en peligro su existencia”. Entre los 74 firmantes estaban Mikel Alonso (del restaurante Biko), Jorge Vallejo y Alejandra Flores (del Quintonil), Mónica Patiño (del Delirio), entre otros.

Cartas a EPN
Más de 87 mil personas han firmado cartas a Peña Nieto contra la liberación de los transgénicos.

Encabezadas por figuras públicas como el pintor oaxaqueño Francisco Toledo, las cartas señalan que las 59 razas del maíz mexicano y sus miles de variedades serían contaminadas irreversiblemente si se permite la siembra transgénica.

La Coperacha

Carta de Toledo a EPN

Carta para mantener la suspensión de maíz transgénico

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