Las primeras afectadas del Tren Transístmico

Foto: Raquel Ortiz

Más de 200 familias a las orillas de las vías férreas viven bajo amenaza de desalojo.

Redacción La Coperacha
Ciudad de México // 22 de junio de 2020

A 15 días del banderazo presidencial al megaproyecto del Tren Transístmico cientos de familias que viven aledañas al trazo reclaman que no han sido tomadas en cuenta, informadas ni escuchadas y temen un desalojo violento.

Raquel Ortiz es una campesina de 51 años. Todas las mañanas sale temprano al campo y regresa noche. Está preparando la tierra para sembrar maíz y frijol porque ya viene la temporada. Este año además está sembrando melina, café y axhiote.

Lo que cosecha es para autoconsumo, pues de ahí sale para las tortillas y para vender hojas de maíz en el pueblo, además cría puercos y gallinas. Su comunidad, Estación Mogoñé, palabra mixe que significa agua de maíz,  se compone por campesinos, panaderos, productores de tortillas y totoperos.

Hace 32 años Raquel hizo su casa sobre avenida Ferrocarril Sur, en esta comunidad considerada de alta marginación, perteneciente al municipio de San Juan Guichicovi en la región norte del Istmo oaxaqueño. Como ella, 80 familias construyeron su patrimonio de los dos lados de las vías.

No existe un censo definitivo de cuántas familias han construido sus viviendas colindantes al trayecto del tren. El mismo Manifiesto de Impacto Ambiental (MIA) presentado por la empresa Ferrocarril del Istmo de Tehuantepec identifica 22 localidades cercanas y aledañas aunque no habla de desalojos ni de reubicaciones.

Pero el temor del desalojo es real. “La semana pasada hubo una reunión, por aquí cerca en un rancho. No nos tomaron en cuenta a los que vivimos aquí. Hubo vecinos que sí invitaron. Ofrecían cosas a cambio de firmar un documento que decía que estaban de acuerdo con las obras”, refiere doña Raquel. 

El documento que se negó a firmar el vecino eran peticiones que iban desde una antena para teléfonos celulares hasta maquinaria.

Rincón Viejo, los anteriores al tren
En idéntica situación se encuentran los vecinos de Rincón Viejo, localidad del municipio de Santa María Petapa, con apenas 2, 500 habitantes. 

Rincón Viejo existe hace 500 años. Sus calles vieron el nacimiento de las vías del tren de la mano de la compañía Pearson en la época porfiriana. En estos días de pandemia los niños no van a la escuela y se les mira jugar por las calles y a lo largo del paso de vía. Las personas mayores se dedican al comercio o son empleados. Los ancianos son jubilados, principalmente, ex ferrocarrileros.

Ofelio Moreno Conde vive en la colonia Complejo Norte de la comunidad Rincón Viejo. Llegó hace 36 años al lugar y ha visto cómo la colonia se ha extendido a lo largo del terreno denominado derecho de vía. Junto con él y su familia, 120 familias más viven en el tramo La Mata-Estación Uvero, colindante a Matías Romero.

En las noticias han escuchado de la inminencia del desalojo para quien vive en el paso de la vía, “pero ninguna autoridad se ha acercado, no han hecho una asamblea informativa”, refiere Ofelio.

El originario de otro pueblo oaxaqueño, San Juan Bautista, Tuxtepec, denuncia que desde enero de 2019 llegaron empresas con tráileres cargados de durmientes de concreto. “Los colocaron a un lado de la vía. Causaron daños, rompieron varios drenajes, generaron afectaciones en las calles y no se han reparado”.

Foto: Ofelio Moreno

Atrás quedaron las polémicas consultas en Santiago Laollaga, Salina Cruz, Jaltepec de Candoyac, San Pedro Huamelula, Santa María Chimalapa, Oteapan y Uxpanapa que realizó el Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas. Uno de los reclamos fue que a los habitantes más cercanos a las vías, los primeros afectados, no se les consultó ni informó.

Lo reciente es la encuesta que personal de Matías Romero levantó a familias de Rincón Viejo. “A algunas personas les dijeron que iban a ser desalojadas por la fuerza por estar sobre el derecho de vía, a otras que iban a ser reubicadas, a otras que les iban a pagar por el tramo, pero no hubo información concreta”, describe Ofelio.

A desbloquear el miedo
La gente de estas comunidades se ha organizado. Junto con los habitantes de al menos cinco municipios han enviado una carta a la Presidencia pidiendo información concreta sobre el proyecto y en tanto, anuncian que no permitirán los trabajos. Ya hubo un bloqueo carretero en San Juan Guichicovi que provocó una mesa de trabajo con autoridades.

“No nos han tomado en cuenta y los principales afectados somos nosotros”, afirma Ofelio desde Rincón Viejo. “Sí tenemos miedo a un desalojo por la fuerza, pero nos hemos organizado para pedir información”.  Su mensaje a las autoridades es no tomar ningún acuerdo sin consultarlos.

Por su parte, desde Estación Mogoñé, doña Raquel Ortiz junto a sus vecinas  coinciden en hacerle frente a su miedo: “Tenemos que hacer algo, no nos podemos quedar con las manos cruzadas.  No nos vamos a dejar. Vamos a plantarnos en las vías hasta que vengan a  hablar con nosotras”.

Foto: Raquel Ortiz

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